La Asociación ‘Entierro Digno’ de musulmanes en Madrid ha expresado este martes su preocupación por la escasez de espacios de sepultura disponibles para su comunidad, señalando que actualmente solo 35 de los 17.800 cementerios existentes en España ofrecen estas instalaciones adecuadas. Durante una jornada de reflexión y debate titulada ‘Garantizando Derechos: El acceso a un entierro Digno’, la presidenta de la asociación, Maysoun Douas, destacó que en la Comunidad de Madrid residen más de 300.000 musulmanes que carecen de un lugar de descanso acorde con sus creencias religiosas.
Douas hizo un llamado a las administraciones públicas, instándolas a garantizar el acceso a espacios de sepultura en los cementerios municipales, lo que considera una cuestión de competencia pública que no debería plantear dificultades. «Estamos hablando de que la orientación sea la adecuada porque el resto del protocolo funerario es el mismo», enfatizó. La presidenta también recordó que la Constitución española establece el derecho a una sepultura digna sin discriminación religiosa.
La falta de espacios disponibles ha llevado a las familias musulmanas a buscar alternativas fuera de la Comunidad de Madrid, incluyendo opciones privadas en localidades como Valencia, o expatriaciones. Douas mencionó que esto crea un problema adicional, ya que muchos musulmanes españoles no tienen un lugar designado para ser enterrados. Además, en casos extremos, algunas personas han permanecido hasta tres meses en cámaras frigoríficas a la espera de una solución, lo que conlleva un elevado coste económico para las familias, que puede oscilar entre 3.000 y 12.000 euros.
La situación de los cementerios de Griñón y Carabanchel es crítica, ya que el primero ha dejado de aceptar nuevas sepulturas durante casi dos años, y el segundo continúa a la espera de la urbanización de una parcela que cumpla con los requisitos necesarios para enterrar a personas musulmanas. Douas comparó esta situación con el caso de Barcelona, donde, antes del inicio de la pandemia, se tomó conciencia del problema y se comenzaron a habilitar espacios adecuados.
En la misma línea, Carmen Fernández compartió su experiencia al enfrentar obstáculos para enterrar a su marido musulmán en Madrid. Lamentó la «falta de información» y la «pasividad» de las administraciones, indicando que desconocía los procedimientos a seguir, lo que complicó su situación. Carmen finalmente enterró a su marido en Griñón, pero se enteró años después de que los cementerios no eran únicamente católicos, lo que la llevó a cuestionar la falta de claridad en la información disponible.
La Asociación ‘Entierro Digno’ surgió en 2013 tras movilizaciones ciudadanas que denunciaron el cierre del cementerio de Griñón, evidenciando la necesidad de defender el derecho constitucional a una sepultura digna de una manera más estructurada.