El Gobierno de Castilla-La Mancha ha expresado su esperanza en que el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no cumpla con sus «amenazas» de aumentar los aranceles en el trascurso de su mandato, una vez que se apacigüe la «euforia» que suele acompañar la llegada a la Casa Blanca. La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ha declarado que es su deseo que prevalezcan las políticas que fomenten el comercio y el crecimiento económico global, en lugar de optar por medidas sectarias que resultarían en un retroceso para el comercio internacional.
Franco ha identificado a algunos de los productos más afectados en caso de que no se normalicen las relaciones comerciales entre Estados Unidos y la región, tales como el queso manchego, el calzado, los aparatos mecánicos, el aceite de oliva y el vino. En términos de exportación, la región ha reportado un desempeño notable, con un total de 314 millones de euros en exportaciones hasta finales de noviembre, lo que representa un incremento superior al 8% en comparación con el año anterior.
Las exportaciones de Castilla-La Mancha hacia Estados Unidos han mostrado una trayectoria al alza, comentando Franco que, a pesar del impacto de la pandemia, el crecimiento ha continuado. En específico, el queso manchego es un producto significativo, representando la mitad del volumen de las exportaciones hacia el país norteamericano. La consejera ha resaltado su demanda y valoración en el mercado estadounidense, confiando en que los consumidores continúen disfrutando de este preciado manjar.
Asimismo, el calzado, producido principalmente en localidades como Fuensalida (Toledo) y Almansa (Albacete), ha enfrentado desafíos debido a amenazas recientes en el mercado estadounidense. Franco ha manifestado su preocupación por la competencia que enfrenta este sector, que diariamente compite con la producción asiática, y ha enfatizado que el calzado producido en la región es sinónimo de artesanía de calidad y no de fabricación masiva.