El Gobierno regional ha dado un importante paso en el ámbito de la investigación sobre el cáncer al colaborar en un proyecto que se desarrolla en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Este esfuerzo se centra en el desarrollo de fármacos antitumorales, una iniciativa liderada por el investigador Raúl Calero y que cuenta con el apoyo de Virginia Pérez, graduada en Bioquímica por la UCLM. La contratación de Pérez se ha realizado a través de las ayudas destinadas a la formación de personal investigador en centros públicos de investigación y en empresas, un programa cofinanciado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y por el Fondo Social Europeo Plus (FSE+).
La directora de la Agencia de Investigación e Innovación, Charo Serrano, ha visitado el proyecto y ha explicado que la investigación se centra en la creación de nuevos fármacos que resulten eficaces en el tratamiento de tumores que se muestran resistentes a otros tratamientos convencionales. En particular, el equipo ha desarrollado compuestos derivados de titanio que presentan afinidad por la albúmina, la proteína más abundante en el plasma sanguíneo. Estos compuestos han mostrado actividad antitumoral contra células de cáncer de ovario y de pulmón que han demostrado resistencia a otros quimioterápicos.
La creación de estos nuevos compuestos representa una esperanza para pacientes que han desarrollado resistencia a tratamientos actuales, especialmente aquellos que incluyen derivados del platino. La directora Serrano destacó que la tesis doctoral de Virginia Pérez se centra en uno de estos compuestos, denominado Ole-Ti. Entre los objetivos de su investigación se incluyen el análisis de los mecanismos de captación y acción del compuesto, así como su efecto en vivo en modelos animales.
Las investigaciones llevadas a cabo por este grupo de científicos abren nuevas posibilidades para el desarrollo de terapias específicas y dirigidas, con el potencial de aumentar significativamente la tasa de supervivencia en pacientes oncológicos, especialmente aquellos que padecen resistencia farmacológica. Este avance representa un paso significativo hacia una medicina más personalizada, crucial para el tratamiento del cáncer.
Virginia Pérez ha subrayado la importancia de la albúmina en este proceso, ya que actúa como un vehículo fisiológico, acumulándose en los tejidos tumorales y facilitando una distribución más eficaz del compuesto antitumoral. Además, la mejora de las propiedades farmacocinéticas del nuevo fármaco podría permitir una reducción de las dosis necesarias, lo que reduciría los efectos adversos y, en consecuencia, mejoraría la calidad de vida de los pacientes.