El consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, ha expresado su compromiso por establecer «sinergias» con otras comunidades autónomas para impulsar una respuesta unificada ante el creciente problema de las agresiones a profesionales sanitarios. Esta declaración se produjo este miércoles durante una rueda de prensa previa a una reunión de trabajo dedicada a desarrollar el Plan Estratégico 2026-2030 del Instituto de Investigación Sanitaria de Castilla-La Mancha (Idiscam).
Fernández Sanz ha manifestado su disposición a recibir propuestas de los colegios de profesionales sanitarios en la región para implementar nuevas iniciativas que contribuyan a reducir estos incidentes, enfatizando la importancia de «estar unidos» en la búsqueda de que las «agresiones cero» se conviertan en una realidad tangible. En este sentido, el consejero destacó una reciente reunión con estos colegios, donde se discutieron medidas ya existentes con el propósito de garantizar que todas las partes involucradas posean «el mismo nivel de información».
Durante su intervención, también subrayó un aspecto técnico relevante: en numerosos centros de salud, el botón del pánico necesario para alertar en situaciones de riesgo no está fijado en un lugar específico, sino que, en muchos casos, es el propio profesional quien lo lleva consigo al estar de guardia, permitiendo así una respuesta más ágil sin necesidad de desplazarse.
Las iniciativas se han coordinado con los esfuerzos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como con el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, con el fin de crear un entorno más seguro para los trabajadores del ámbito sanitario y avanzar hacia el objetivo común de eliminar todas las agresiones en este sector.