El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, hizo declaraciones en una entrevista concedida a Antena 3, recogida por Europa Press, sobre la polémica generada tras la decisión de eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia. En la entrevista, el ministro comentó sobre la libertad del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, para asistir a los toros y su propuesta de retirar las competencias taurinas al Ministerio de Cultura de Ernest Urtasun.
Bustinduy opinó que García-Page tiene el derecho de usar recursos públicos para fomentar la tauromaquia, pero subrayó que corresponde a los ciudadanos decidir al respecto mediante su voto. Insistió en que dedicarse a comentar cada acción o declaración del señor Page cada vez que hay desacuerdos no sería productivo.
El ministro enfatizó que los Premios Nacionales de cultura deben reflejar los valores y la sensibilidad de la sociedad, y recalcó que estos valores han cambiado con el tiempo. Citó estadísticas según las cuales menos del 2% de la población española asistió a eventos taurinos el año pasado. Este bajo porcentaje llevó al ministro a cuestionar la pertinencia de utilizar dinero público para premiar una actividad que, en su opinión, no representa la sensibilidad de la mayoría de la sociedad.
Bustinduy, cuyas competencias incluyen los derechos de los animales domésticos, afirmó que más de la mitad de las familias españolas conviven con un animal, y que gran parte de estas familias no estaría de acuerdo con el maltrato de animales hasta la muerte en espectáculos taurinos financiados con fondos públicos.
El ministro defendió la decisión de Ernest Urtasun de suprimir el Premio Nacional de Tauromaquia, catalogándola como acorde con los tiempos actuales y dejando claro que cada cual es libre de expresar su opinión al respecto.
Respecto a la comparación de la vida de los toros de lidia con otros animales de granja, Bustinduy señaló la importancia de tener un debate más amplio sobre el maltrato animal en distintos ámbitos. Concluyó señalando que la progresiva disminución de la asistencia a corridas de toros es un indicador de cómo la sociedad española ha adquirido una mayor sensibilidad hacia el bienestar animal, y que es función de los poderes públicos responder a esos cambios culturales y sociales.