En la última edición de Gran Hermano, el resultado ha dejado perplejos a muchos seguidores del reality. La victoria de Juan Quintana ha generado una ola de desconcierto tanto en espectadores como en exconcursantes que, según se ha expresado, no logran entender las razones detrás de su triunfo.
Durante el debate final, conducido por Ion Aramendi y con todos los participantes de la edición presentes, llamó poderosamente la atención la escasa participación del ganador: apenas dos intervenciones y tres bailes al ritmo de Chayanne. Esta circunstancia ha suscitado críticas y comentarios sarcásticos en redes sociales, donde incluso Cristina Porta, subcampeona de Secret Story 1, ha dejado constar su asombro.
Numerosos comentarios en Twitter reflejan esta incredulidad. Desde la ausencia de vídeos que documenten momentos destacados de Juan en el programa, hasta chistes sobre su falta de contenido más allá de los bailes, el ambiente general es de frustración y desconcierto. Incluso antes del debate, la preponderancia de otros exconcursantes sobre el ganador era notable, centrando la atención en figuras como Óscar Landa, Ruvens y Edi, y relegando a Quintana a una posición casi anecdótica, limitada a sus habilidades danzarias.
A este sentimiento de estupefacción se suma la sorpresa por el resultado de la final, en la que Óscar Landa, quien muchos consideraban el ganador moral del concurso, quedó a tan solo un 3% de llevarse el premio mayor. Las especulaciones apuntan a que el apoyo masivo de los fans de las llamadas ‘fresis’, exparticipantes de esta edición, fue clave para inclinar la balanza a favor de Quintana.
El caso de Juan Quintana en Gran Hermano 2024 plantea interrogantes sobre los criterios que el público utiliza para votar a sus favoritos, evidenciando que no siempre las contribuciones más visibles o conflictivas dentro de la casa son las que aseguran la victoria. En cambio, la dinámica de las redes sociales y los fandoms parece tener un peso determinante en los resultados finales, una tendencia que define cada vez más el curso y el desenlace de los realities en la era digital.