Borrell Marca Distancias con Orbán Tras Reunión con Putin: Cancela Encuentro en Budapest como Advertencia

En recientes declaraciones, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior y de Seguridad, ha manifestado su descontento con la «falta de cooperación leal» por parte de Hungría bajo la presidencia de Viktor Orbán, particularmente a raíz de la controvertida gira internacional de este último. Orbán, quien ha denominado su campaña como una «misión de paz», ha realizado visitas a destacados líderes globales, incluyendo al presidente ruso Vladímir Putin, al presidente chino Xi Jinping, y al ex presidente estadounidense y actual candidato republicano Donald Trump. Este periplo ha suscitado críticas de casi todos los miembros de la Unión Europea (UE), según apuntó Borrell.

En represalia a estas acciones, Borrell ha tomado la determinación de modificar sede para la próxima reunión informal del Consejo de Asuntos Exteriores, la cual estaba prevista a llevarse a cabo en Budapest a finales de agosto. Esta maniobra, descrita por él como una «señal simbólica», rompe con el calendario original fijado por Hungría, pero refleja la creciente frustración hacia la postura húngara dentro de la UE. Aunque Borrell niega que este cambio constituya un acto de boicot, subraya la necesidad de consecuencias frente a la caracterización de la UE como una entidad «pro-bélica» por parte de Hungría.

Durante una reciente asamblea de ministros de Exteriores en Bruselas, la actitud de Hungría fue motivo de intensa presión, especialmente hacia Péter Szijjártó, el Ministro de Asuntos Exteriores húngaro. El primer ministro de Hungría había expresado anteriormente su descontento con la UE, acusándola de propiciar un enfoque belicista, lo cual derivó en una aguda respuesta de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo.

La respuesta de la UE no se ha limitado a las declaraciones. Borrell también señaló el estancamiento en la liberación de 6.600 millones de euros del Fondo Europeo para la Paz, destinado al apoyo de Ucrania, debido a la negativa de Hungría a cooperar sin antes recibir una liberación de fondos europeos bloqueados por la Comisión Europea. Este bloqueo, ligado a preocupaciones sobre el incumplimiento de Hungría con los principios fundamentales de la UE, refleja una escalada en el distanciamiento entre Hungría y el resto de la Unión.

Además, ciertos estados miembros han considerado el boicot a los encuentros informales organizados por la presidencia húngara como medida de presión, aunque encuentros formales en Bruselas seguirán adelante. España, a través del ministro José Manuel Albares, ha expresado su oposición a los boicots dentro de la UE, marcando una nota disonante en el creciente desacuerdo con Hungría.

Esta serie de eventos destaca no solo las crecientes tensiones dentro de la Unión Europea en torno a la gestión de la crisis ucraniana y las relaciones con potencias externas como Rusia y China, sino también los desafíos en mantener una política exterior coordinada y cohesiva entre los Estados miembros de la UE.

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