El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha hecho un ferviente llamado a Israel para cesar las acusaciones contra António Guterres, secretario general de la ONU, utilizadas como pretexto para atacar a las tropas de las Naciones Unidas en Líbano (FINUL). En un contexto de creciente tensión, Borrell subrayó que la presencia de las fuerzas de paz de la ONU en la región es resultado de una decisión del Consejo de Seguridad y no una preferencia personal de Guterres.
Durante su intervención en un consejo de ministros de Exteriores de la UE celebrado en Luxemburgo, Borrell calificó de «completamente inaceptable» cualquier ataque contra las tropas de la ONU. Remarcó la importancia de entender que es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas quien tiene la última palabra sobre la permanencia de estas misiones.
En este sentido, el domingo previo a la reunión, los Veintisiete emitieron un comunicado conjunto instando al gobierno israelí, encabezado por Benjamin Netanyahu, a poner fin «inmediatamente» a los ataques contra la FINUL. Este llamamiento llega en un momento crítico, justo antes de que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna para analizar la situación en el Líbano y la demanda de Israel sobre la evacuación de los «cascos azules» en el país.
Borrell también destacó la participación de varios países europeos, incluida España, en la misión de la FINUL, enfatizando la importancia de su labor. Además, expresó preocupación por la situación humanitaria en la Franja de Gaza, donde según sus palabras, «la ayuda humanitaria está a su menor nivel desde el inicio de la guerra» y acusó el uso del hambre como «arma de guerra».
El representante no se detuvo ahí, sino que también aludió al incremento de la violencia en Cisjordania y mencionó la posibilidad de sancionar a los colonos violentos o a miembros del Gobierno israelí. Asimismo, lamentó que Hamas no haya liberado aún a los rehenes israelíes secuestrados durante los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023.
Borrell concluyó con un llamado urgente a un alto al fuego inmediato en toda la región para evitar una guerra con «consecuencias dramáticas para todos». Este mensaje llega en un momento de alta tensión y pone de relieve la complejidad de la situación en Oriente Medio, así como el papel crucial que juegan las decisiones internacionales para asegurar la paz y la estabilidad.