En un gesto que subraya la preocupación creciente de la Unión Europea (UE) por la escalada de tensiones en Oriente Medio, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, extendió una invitación formal al Gobierno de Israel liderado por Benjamin Netanyahu. Este llamado a una reunión del Consejo de Asociación busca revisar la implementación del Acuerdo de Asociación entre la UE y Israel, en un contexto marcado por el reciente deterioro de las condiciones en la Franja de Gaza y el polémico bombardeo de un campo de refugiados en Rafah.
La decisión de invitar a Israel a dialogar se tomó de forma unánime por los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete, en respuesta directa a la escalada de violencia. Este paso tiene como objetivo primordial instar a Israel a adherirse a la sentencia reciente de la Corte Internacional de Justicia, que demandó una detención inmediata de las ofensivas en el sur de Gaza. El consenso entre los ministros de la UE refleja una postura firme ante el cumplimiento de las decisiones judiciales internacionales.
Este escenario se ve aún más complejizado por las recientes acciones diplomáticas de España, Irlanda y Eslovenia, quienes han reconocido oficialmente al Estado palestino, desencadenando una respuesta especialmente crítica por parte de Israel Katz, Ministro de Exteriores de Israel. Este contexto ha generado una serie de tensiones diplomáticas entre miembros de la UE e Israel, llevando al primer «debate significativo» sobre la posible imposición de sanciones contra Israel, tal y como señaló Micheál Martin, Ministro de Exteriores irlandés.
A pesar de la solicitud previa por parte de España e Irlanda a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, para asegurar que Israel esté cumpliendo con sus obligaciones dentro del acuerdo de asociación – incluyendo el respeto a los derechos humanos -, la respuesta ha sido hasta ahora esquiva. Este nuevo esfuerzo por abrir un canal de diálogo a través del Consejo de Asociación se presenta como un intento directo para exigir explicaciones y buscar soluciones.
Sin embargo, la unificación de una postura común entre los Estados miembros de la UE respecto al conflicto se presenta como un desafío, dadas las diferencias radicales en las perspectivas sobre el tema. Mientras que algunos países, incluido España, condenan la campaña militar de Israel como respuesta a los ataques de Hamás, naciones como Austria, República Checa y Hungría muestran un apoyo incondicional hacia Netanyahu.
Las fuentes diplomáticas indican una posible apertura en la postura de los ministros de Exteriores más cercanos a Israel para explorar opciones que incrementen la presión sobre el país, a fin de asegurar el cumplimiento de la decisión del CIJ. Este entorno diplomático tan cargado de tensión subraya la complejidad de las relaciones internacionales y los desafíos que enfrenta la UE para coordinar una respuesta efectiva y coherente frente a los conflictos que sacuden a Oriente Medio.
