Blanca Fernández, la delegada de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, ha realizado una firme llamada al presidente de la Diputación de Ciudad Real, instándole a no ceder ante las presiones de la ultraderecha, en particular de Vox, en relación al cambio de nombre de la Casa de Acogida para víctimas de violencia de género.
La institución, que hasta ahora era conocida como la Casa de Acogida para atención a víctimas de violencia de género, ha experimentado un cambio en su nomenclatura, transformándose simplemente en «Casa de Acogida». Fernández ha expresado su preocupación por esta modificación, argumentando que implica una supresión de la especialización en la atención a las víctimas de violencia de género.
La delegada ha subrayado la importancia del lenguaje en este contexto, señalando que la Casa de Acogida ofrece un tratamiento integral para ayudar a las víctimas a recuperarse de heridas emocionales y psicológicas, muchas veces a lo largo de estancias prolongadas que pueden durar hasta un año. Este tratamiento es proporcionado por profesionales especializados en asistir a víctimas de violencia de género.
A la luz de esta preocupación, Fernández ha instado al presidente de la Diputación de Ciudad Real a demostrar un compromiso firme con la lucha contra la violencia de género. Insiste en que el Gobierno de Castilla-La Mancha seguirá financiando recursos de acogida, pero requiere de las instituciones receptores de estas subvenciones una clara adhesión a la lucha contra la violencia machista, tal como lo estipula la ley.
Fernández ha advertido que si los objetivos del centro de acogida se desvanecen y se intenta convertirlo en un recurso genérico para diversas problemáticas, el apoyo de la Junta no será garantizado. En tal caso, la Junta establecería su propio recurso de acogida.
Finalmente, Fernández espera que el presidente de la Diputación rectifique esta decisión. Subrayó la relevancia del recurso de acogida en cuestión, siendo el más antiguo de Castilla-La Mancha y habiendo albergado, atendido y salvado a más de 2.000 personas, incluyendo más de 900 mujeres y más de 1.100 niños, que habían sufrido violencia machista en sus propios hogares.
