En un movimento que ha levantado polémica e interés a nivel global, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha autorizado el suministro de minas terrestres antipersonal a Ucrania, de acuerdo con informaciones facilitadas por funcionarios de su administración en declaraciones a medios estadounidenses, incluido el reconocido diario The Washington Post. Esta decisión llega en un momento crítico, coincidiendo con el anuncio de la embajada estadounidense en Kiev de cerrar temporalmente su sede debido a la amenaza de un posible ataque.
El uso de estas minas por parte de Ucrania, bajo la condición de que se empleen exclusivamente en su territorio y se abstengan de colocarlas en zonas pobladas por civiles, pretende ser una táctica defensiva en su guerra contra las fuerzas invasoras rusas. Este nuevo apoyo de Biden a Ucrania marca un punto significativo en el conflicto que inició en febrero de 2022 y que recientemente cumplió 1.000 días de duración.
De acuerdo con lo reportado, la entrega de minas terrestres antipersonal a Ucrania representa un tema controvertido. Más de 160 países han firmado un tratado internacional que prohíbe su uso, argumentando el peligro que representan para los civiles debido a su capacidad de causar daños indiscriminados y duraderos. Sin embargo, el Gobierno de Volodomir Zelenski ha solicitado estas armas para contrarrestar la invasión rusa, quien ha utilizado minas antipersonal extensamente en el frente, complicando los esfuerzos ucranianos para recobrar control sobre su territorio.
Según se informa, las minas suministradas serán de tipo «no persistente», es decir, poseerán la capacidad de autodestruirse o desactivarse después de un cierto período, reduciendo así el riesgo para los civiles en las áreas donde sean desplegadas.
Mientras tanto, la situación de seguridad en Kiev parece agravarse. La embajada de los Estados Unidos en la ciudad ha anunciado un cierre temporal tras recibir información sobre un inminente «ataque aéreo importante». Los empleados de la embajada han recibido instrucciones de refugiarse, y se ha recomendado a los ciudadanos estadounidenses en la ciudad que estén preparados para actuar de igual manera.
Este conjunto de acciones subraya la complejidad y la escalada del conflicto en Ucrania, en donde las estrategias militares y las preocupaciones diplomáticas continúan entrelazándose mientras las tensiones internacionales crecen. Con la administración de Biden entrando en sus últimas semanas antes de la transición presidencial a Donald Trump, estas decisiones podrían tener largas repercusiones en el ámbito internacional y para el futuro de Ucrania.
