En una decisión sin precedentes, el Gobierno de Joe Biden ha otorgado a Ucrania la autorización para lanzar ataques dentro del territorio ruso, más específicamente cerca de la región de Járkov, utilizando para ello arsenal proporcionado por Estados Unidos. Según reportes del reconocido diario Político, que se basa en declaraciones de funcionarios estadounidenses anónimos, esta medida marca un giro significativo en la política exterior de Washington.
Desde que inició la agresión rusa en la zona de Járkov este mes, Ucrania había estado solicitando a las autoridades estadounidenses un cambio en su postura, pidiendo mayor flexibilidad para poder defenderse de los constantes ataques que recibe en dicha frontera. Finalmente, parece que la Administración Biden ha accedido a estas solicitudes, aunque con condiciones muy específicas. Según fuentes, el presidente Biden instruyó a su equipo a asegurar que Ucrania pueda hacer uso del armamento estadounidense para contraatacar, siempre que sea en respuesta directa a fuerzas rusas que estén atacando o preparándose para atacar.
No obstante, esta permisividad tiene límites claros. Se resalta que Ucrania no podrá emplear este armamento para realizar ataques de largo alcance dentro del territorio ruso ni dirigirlos contra infraestructura civil. Las armas, que incluyen cohetes y lanzacohetes, deberán utilizarse exclusivamente para derribar misiles rusos o contra bombarderos que operen cerca de la frontera, impidiendo así que avancen hacia el corazón de Ucrania.
Este movimiento ha generado una mezcla de reacciones. Por un lado, ha suscitado especulaciones sobre un posible cambio de rumbo en la diplomacia estadounidense y su manera de abordar el conflicto ucraniano. El secretario de Estado, Antony Blinken, ya había dado indicios de una posible evolución en la estrategia de apoyo a Ucrania, y esta decisión parece confirmar esos rumores. Por otro lado, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, acusó a la OTAN de incrementar la tensión al respaldar tales ataques, lo que plantea interrogantes sobre cómo podría afectar esta decisión a las ya complejas relaciones entre Occidente y Rusia.
Importantes aliados de Estados Unidos, incluidos el Reino Unido y Francia, han expresado que Ucrania tiene el derecho de defenderse, incluyendo acciones dentro de territorio ruso, si ello ayuda a proteger su soberanía. Sin embargo, no todos los miembros de la OTAN comparten esta posición, y la decisión de Biden podría generar debate dentro del bloque aliado.
Si bien el apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania no es algo nuevo, permitir explícitamente el uso de armamento estadounidense para ataques dentro de Rusia eleva el nivel de implicación de Washington en el conflicto. La administración Biden parece estar caminando sobre una línea muy fina, buscando equilibrar entre el apoyo a Ucrania y la prevención de una escalada aún mayor que podría desembocar en una confrontación directa entre las potencias nucleares.
