Tras el descanso de Semana Santa, «Tu cara me suena», el famoso show de imitaciones de Antena 3, volvió a la pequeña pantalla con energías renovadas para su tercera gala de la duodécima temporada. La vuelta del programa no estuvo exenta de emociones, especialmente después de la recordada actuación de Bertín Osborne, quien, en una gala anterior, tuvo una noche para el olvido encarnando a Elvis Presley, lo que le valió las puntuaciones más bajas tanto del jurado como del público.
Recordemos que Bertín Osborne, reconocido presentador, tuvo dificultades con el ritmo de «Burning Love», uno de los grandes éxitos del legendario cantante estadounidense. Según relató, adelantarse al tempo de la canción fue un error que logró corregir en el transcurso de su actuación, pero que no pasó desapercibido para el jurado, especialmente para Àngel Llàcer, quien no dudó en sacar el tema durante la última gala.
En esta oportunidad, Osborne se enfrentó al desafío de imitar a Antonio Flores, actuación que fue bien recibida y por la cual recibió la felicitación del presidente del jurado. Al ser consultado sobre lo sucedido en la gala anterior, Bertín no tuvo reparos en admitir su responsabilidad, achacando el fallo a un exceso de trabajo que le impidió prepararse adecuadamente. Su confesión sorprendió a Manel Fuentes, presentador del show, ante quien Osborne argumentó la diversidad de sus compromisos laborales y la importancia de la preparación en este tipo de actuaciones.
El mea culpa de Osborne no pasó desapercibido y fue un momento de aprendizaje tanto para él como para el público. «Como iba de sobrado, pensé que con escuchar la canción un par de veces sería suficiente. Uno tiene que empaparse bien del tema», admitió, compartiendo una lección valiosa sobre la dedicación necesaria en el arte de la imitación.
La emotividad alcanzó su punto álgido cuando Lolita, miembro del jurado, agradeció a Bertín por su esfuerzo y dedicación al imitar a su hermano fallecido, Antonio Flores. La sincera muestra de gratitud de Lolita vino acompañada de un toque personal y familiar, ligado al reciente documental sobre su padre, el cual ha suscitado un renovado interés en la legendaria familia Flores.
De esta manera, «Tu cara me suena» no sólo continúa entreteniendo a la audiencia sino que también sirve como espacio de redención y reconciliación, donde errores pasados dan paso a actuaciones memorables y momentos llenos de emoción.