En una reciente comparecencia ante los medios de comunicación, Pablo Bellido, presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha y secretario general del PSOE en la provincia de Guadalajara, ha declarado que la búsqueda de un consenso para lograr una ley electoral en consenso con el Partido Popular es una prioridad inquebrantable para su formación. En su intervención, Bellido ha respondido a los comentarios realizados por Paco Núñez, líder del PP en la región, quien en una entrevista no descartó la posibilidad de que la reforma electoral no llegase a buen puerto a falta de un «clima» propicio para el acuerdo.
Con un mensaje claro y contundente, Bellido ha expresado su deseo de que el PP ponga de su parte para alcanzar dicho consenso. «Haremos una ley que sea buena para Castilla-La Mancha independientemente del color político de cada uno. A ver si el PP puede hacer lo mismo, por una vez dejar de pensar en lo que les interesa y pensar en lo que le interesa a la sociedad», ha enfatizado insistiendo en la importancia del beneficio común frente a intereses partidistas.
Recordando pactos anteriores como el nuevo Estatuto de Autonomía y el reglamento de las Cortes, logrados con el acuerdo del PSOE y otros partidos, Bellido ha marcado una clara diferencia con la gestión previa de María Dolores de Cospedal, afirmando que durante su mandato se creó una ley electoral partidista diseñada para ganar elecciones.
En relación al interés de Núñez de postularse nuevamente como candidato a la Presidencia de Castilla-La Mancha, Bellido ha dejado entrever cierto sarcasmo, indicando que la presencia de Núñez en las urnas no ha sido adversa para el PSOE y que no tiene intención de interferir en la carrera política del líder ‘popular’. “Que el PP vea si es el candidato que más les conviene, y lo más importante no es que Núñez se vea como presidente, sino que le vea la sociedad», ha puntualizado, recordando que Núñez no ha conseguido vencer en los comicios frente a García-Page.
La declaración de Bellido subraya la intención del PSOE de procurar políticas de consenso y la voluntad de desvincularse de prácticas electorales que puedan considerarse partidistas, al tiempo que pone de manifiesto las dinámicas de competencia política en la región a la espera de futuros desarrollos en el proceso de reforma electoral.
