Este domingo, las fuerzas estadounidenses abordaron el petrolero ‘Bella-1’ en el contexto de un bloqueo marítimo impuesto por Washington, lo que marca la tercera intervención contra un barco en aguas venezolanas en menos de una semana. El ‘Bella-1’, de bandera panameña, ha sido objeto de sanciones desde junio de 2024, debido a su vinculación con Louis Marine Shipholding Enterprises, una compañía que supuestamente brinda apoyo a la Guardia Revolucionaria de Irán. Esta acción se enmarca en una serie de medidas más amplias para interrumpir la exportación de crudo de Venezuela, un país que se encuentra bajo una intensa presión internacional.
El gobierno estadounidense también ha confiscado recientemente el petrolero ‘Centuries’, el cual fue catalogado como parte de la «flota fantasma» venezolana, acusada de traficar con petróleo robado para financiar el régimen del presidente Nicolás Maduro. Anna Kelly, portavoz adjunta de la Administración, insistió en que estos buques estaban involucrados en actividades ilegales relacionadas con la estatal PDVSA, que también enfrenta sanciones estadounidenses. Este recrudecimiento de las acciones de la Administración Trump busca cerrar las rutas de suministro de petróleo hacia un país que Washington ha acusado de ser un centro de narcotráfico.
Desde agosto, Estados Unidos ha intensificado su despliegue militar en la región con el objetivo de combatir el narcotráfico, resultando en la destrucción de numerosas embarcaciones y la eliminación de una parte significativa de sus tripulaciones. En respuesta, el gobierno de Caracas ha calificado estas incautaciones como actos de «robo» y «secuestro», elevando aún más la tensión entre ambos países.
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