En un giro televisivo que capturó la atención del público, Belén Esteban, una de las figuras más conocidas y controvertidas de la televisión española, dejó atrás, aunque solo por una noche, la que fue su casa durante 14 años, Telecinco, para aparecer en Antena 3 en «El hormiguero» conducido por Pablo Motos. Esta aparición no solo significó el regreso de Esteban a la televisión generalista sino que también marcó un hito al ser su primera vez en el popular programa de entretenimiento después de 19 años de emisión.
Durante la entrevista, Belén Esteban no dudó en reprocharle a Pablo Motos por no haberla invitado antes, lo cual le dio paso a abrirse sinceramente sobre diversos aspectos de su vida personal y profesional. Entre ellos, destacó su salida de «Sálvame», su relación con los que fueron sus compañeros y su nuevo proyecto en Canal Quickie y Ten con el programa «Ni que fuéramos».
Un momento particularmente emotivo fue cuando Pablo Motos preguntó a Esteban si había algo sobre ella que quisiera que el mundo conociera y que nunca hubiera compartido. La respuesta de Esteban fue una reflexión sobre las enseñanzas morales de su familia y especialmente las monjas de su colegio. Sin embargo, lo más impactante llegó cuando habló del «peor error» hacia ella misma, refiriéndose a su lucha contra la adicción a las drogas sin mencionarla directamente para no herir a su madre.
Belén comentó cómo ese periodo oscuro solo le causó daño a sí misma, pero gracias al apoyo de sus jefes en Telecinco y figuras como Jorge Javier Vázquez, logró superar sus adicciones sin recaídas. Esta declaración subrayó el peso del compromiso de Esteban con su recuperación, algo de lo que se siente muy orgullosa, permitiéndole encontrar una «vida maravillosa» más allá de sus problemas.
En un tono ligero pero significativo, Esteban concluyó diciendo que ahora se siente «sabrosona total», evidenciando no solo su recuperación física sino también su fortaleza emocional y autoaceptación. Su historia, compartida abiertamente, sirvió no solo como una confesión sino como un testimonio de superación que resonó profundamente tanto en el público presente como en los espectadores en casa, haciéndola recibir una ovación cálida.
La visita de Belén Esteban a «El hormiguero» fue más que una simple aparición televisiva; fue un momento de vulnerabilidad, humanidad y triunfo personal que reflejó el poder de la resiliencia frente a las adversidades, y una celebración de la vida después de haber superado momentos oscuros, apoyándose en el amor y el apoyo incondicional de su familia.