Azafrán manchego en crisis: La cosecha se hunde a mínimos históricos con solo 280 kilos en 2023

La cosecha de azafrán de La Mancha se desploma un 40% en 2023 hasta 280 kilos y alcanza la cifra más baja de la década

La Denominación de Origen Protegida (DOP) Azafrán de La Mancha ha notificado una significativa caída en su producción del 2023, contabilizando solamente 280,81 kilos del preciado condimento, marcando así la cosecha más baja registrada en los últimos diez años. Valentina Cabra, presidenta de la Fundación Consejo Regulador Denominación de Origen (CRDO) Azafrán de La Mancha, junto con su gerente Pedro Pérez Juan, compartieron estos alarmantes datos en una conferencia de prensa y han hecho un llamado urgente a recibir apoyo para salvar este cultivo tan emblemático de la región de Castilla-La Mancha.

Comparando con la cosecha del año anterior, que fue de 462,15 kilos, la producción ha experimentado una brusca reducción de un 40,24%. Cabra destacó que la situación actual de la producción azafranera deriva de problemas estructurales y es agravada por el cambio climático, el cual intensifica las dificultades debido a las altas temperaturas y la escasez de agua.

La presidenta señaló tres problemas estructurales principales que afectan al cultivo: el deterioro del estado sanitario de los bulbos, la ausencia de mecanización en las labores de cultivo y procesamiento, y la falta de relevo generacional. Cabra enfatizó la repercusión de estos problemas tanto en los productores como en las empresas, que enfrentan limitaciones al no poder asegurar un suministro estable de azafrán para sus negociaciones comerciales.

El gerente del CRDO, Pedro M. Pérez Juan, indicó que este año se ha visto una disminución significativa en el número de hectáreas cultivadas, alcanzando únicamente 93, así como una caída dramática en los rendimientos por hectárea, que han decaído desde los 9 kilos en 2014 a solamente 3 kilos en 2023.

Además de señalar la necesidad urgente de apoyo para el sector, Cabra y Pérez Juan explicaron que requieren de herramientas especializadas que puedan manejar la «excepcionalidad» del cultivo del azafrán. Apuntaron las dificultades sanitarias que afrontan los cormos debido a hongos y virus, remarcando que, a diferencia de lo que ocurre en otros cultivos como el olivo o la viña, donde se han tomado medidas para erradicar patógenos, en el azafrán apenas se ha trabajado para combatir estas plagas.

La respuesta a la importación de bulbos certificados sanos de Holanda ha sido alentadora. Sin embargo, el desafío persiste en la mecanización, elemento que prácticamente no existe en este ámbito y cuyo desarrollo es indispensable.

Valentina Cabra hizo hincapié en la importancia de impulsar el desarrollo de maquinaria a través de concursos para que empresas puedan participar, señalando que el costo es elevado para los productores. También comentaron las promesas de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de otorgar más puntos a los jóvenes agricultores interesados en abordar el cultivo, con el fin de facilitar el relevo generacional y mantener la tradición y calidad en el cultivo del azafrán manchego.

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