El Ayuntamiento de Toledo ha anunciado su intención de iniciar los trámites para rescindir el contrato de gestión de la Estación de Autobuses con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, argumentando «numerosos incumplimientos» en materia de mantenimiento. El concejal de Movilidad, Transportes, Interior y Personal, Iñaki Jiménez, realizó esta declaración durante una rueda de prensa en conjunto con el portavoz municipal, Juan José Alcalde, donde se dieron a conocer los acuerdos adoptados en la Junta de Gobierno Local.
El contrato de gestión de la estación fue firmado en 1986 y tiene una vigencia de 75 años. Sin embargo, el gobierno municipal ha tomado la decisión de buscar la rescisión del contrato tras «continuas conversaciones» con la Junta para mejorar el estado de una estación que, según Jiménez, «no está a la altura de la ciudad de Toledo». La última comunicación oficial con la Junta tuvo lugar el 15 de septiembre, cuando se solicitó la reparación inmediata de las escaleras mecánicas y el ascensor, sin recibir respuesta alguna.
Jiménez explicó que, aunque el Ayuntamiento tiene la responsabilidad del mantenimiento, la falta de piezas necesarias implica que la Junta, como propietaria del edificio, debe hacerse cargo de las obras. El concejal advirtió que, de no solucionarse la situación, la estación de autobuses podría cerrar, aunque aseguró que los autobuses urbanos no se verían afectados, ya que disponen de otras vías donde pueden estacionar.
Si se lleva a cabo la rescisión del contrato, siete trabajadores de la estación pasarían a formar parte del Ayuntamiento de Toledo, mientras que los alquileres y cánones de los locales serían gestionados por la Junta. La situación ha generado inquietud entre los usuarios y trabajadores de la estación, quienes esperan que se encuentre una solución satisfactoria a la crisis de mantenimiento que ha afectado a este importante punto de transporte en la ciudad.