El presidente Donald J. Trump ha dado un paso decisivo en su objetivo de reformar un sistema de permisos que muchos consideran obsoleto, asegurando que las revisiones ambientales federales no se conviertan en herramientas para frenar el crecimiento económico ni la construcción de infraestructura energética en Estados Unidos. Este esfuerzo, coordinado por la Casa Blanca a través del Consejo de Calidad Ambiental (CEQ), representa un cambio significativo en la forma en que el gobierno aborda el desarrollo de proyectos de infraestructura.
La nueva directiva busca simplificar el cumplimiento de la Ley de Política Ambiental Nacional (NEPA), lo que permitirá a diversas agencias federales, desde el Departamento de Agricultura hasta el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, actualizar sus procedimientos para facilitar un proceso más ágil. Estos cambios incluyen la implementación de plazos y límites de páginas para las revisiones ambientales, con el fin de acelerar el desarrollo de infraestructuras y reducir costos.
Además, se aclara que NEPA no se aplica a todas las acciones del gobierno, solo a aquellas donde hay suficiente control para considerar sus efectos ambientales. Este enfoque permite que las agencias se concentren en aquellas acciones que realmente requieren un análisis más exhaustivo, eliminando tareas redundantes que solo alargaban el proceso.
Este movimiento hacia la reducción de la burocracia ha sido respaldado por los tres poderes del gobierno federal. La reciente enmienda BUILDER Act, junto con un fallo de la Corte Suprema, ha proporcionado un marco para la modernización necesaria en los procedimientos de NEPA, algunos de los cuales seguían utilizando regulaciones de los años 80.
A lo largo de su administración, Trump ha enfatizado la necesidad de eliminar las demoras innecesarias que obstaculizan el progreso de proyectos de infraestructuras seguras y confiables. Desde la firma de su orden ejecutiva «Desencadenando la Energía Americana», ha trabajado para restablecer la misión central del CEQ: coordinar y asesorar a las agencias federales en la revisión de sus procesos de permisos.
A medida que el país avanza hacia un futuro más prometedor en términos de desarrollo energético y de infraestructura, el gobierno espera que estas reformas no solo aceleren la construcción, sino que también revitalicen la economía nacional al crear empleo y fomentar la inversión en proyectos críticos. Este impulso por desregular y modernizar el sistema de permisos podría, según sus defensores, marcar un antes y un después en la forma en que Estados Unidos aborda el crecimiento y el desarrollo sostenible.
Fuente: WhiteHouse.gov