En un crucial avance en el conflicto del este de Ucrania, las fuerzas armadas rusas han logrado tomar control de la localidad de Rivnopil, ubicada en la región de Donetsk, marcando un paso importante en su objetivo hacia la frontera con la vecina región de Zaporiyia. Este movimiento estratégico fue anunciado por el Ministerio de Defensa ruso, en lo que parece ser una escalada en sus operaciones militares en el área.
Rivnopil, antes del conflicto, era una localidad que albergaba aproximadamente a 1.500 personas y se sitúa a más de 60 kilómetros al suroeste de Donetsk, la capital regional. La captura de esta localidad fue ejecutada por las unidades de la agrupación militar Vostok, parte del este ruso, infligiendo considerables pérdidas al enemigo, incluidas 150 bajas y la destrucción de un cañón autopropulsado Caesar de fabricación francesa, según las fuentes del Ministerio de Defensa.
Esta ofensiva se enmarca dentro de los avances que las unidades de asalto rusas han realizado en las últimas semanas hacia Zaporiyia, aparentemente preparando el terreno para una nueva ofensiva contra posiciones ucranianas en la región. Este avance ha sido corroborado por fuentes del Ejército ucraniano, que destacan la creciente presión militar en el área.
El contexto bélico también se ha caracterizado por un incremento en los ataques aéreos rusos en las zonas bajo control de Kiev, que según el Instituto para el Estudio de la Guerra, han aumentado un 30-40% en intensidad. Este aumento forma parte de la estrategia rusa que busca conquistar puntos clave en Donetsk, como Kurájove y la ciudad de Pokrovsk, esta última conocida por sus importantes yacimientos de coque y una población de 60.000 habitantes.
Las fuentes militares británicas señalan que Rusia ha logrado recuperar alrededor de 1.500 kilómetros cuadrados en el Donbás durante los últimos dos meses. Sin embargo, esta expansión territorial ha tenido un alto costo en vidas para las fuerzas rusas, con reportes de una media de 1.500 bajas diarias en octubre.
En el ámbito internacional, se reporta que el Kremlin ha reunido una fuerza de aproximadamente 50.000 hombres en la región de Kursk, incluyendo un contingente de miles de soldados norcoreanos, con el propósito declarado de expulsar a las fuerzas ucranianas de áreas estratégicas antes de la toma de posesión del nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, el 20 de enero.
Este avance significativo en Donetsk subraya la intensificación de un conflicto que continúa afectando gravemente a la región, con repercusiones que se extienden más allá de sus fronteras, evidenciando la compleja dinámica geopolítica en juego y sus posibles implicaciones para la estabilidad regional y la seguridad internacional.