El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha anunciado la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán tras acusar al gobierno iraní de ser responsable de recientes ataques antisemitas en Australia. En una conferencia de prensa, Albanese confirmó la expulsión del embajador iraní, Ahmad Sadeghi, y destacó que estos actos, incluyendo agresiones a la sinagoga Adass Israel en Melbourne y el restaurante Continental Kitchen en Sídney, fueron parte de una campaña para desestabilizar la cohesión social del país.
El director de Inteligencia australiana, Mike Burgess, también presente en la rueda de prensa, declaró que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Iraní ha sido designado como organización terrorista debido a su implicación en estos ataques, revelando un uso sofisticado de intermediarios para encubrir su participación. Las autoridades australianas se encuentran en alerta, considerando que los ataques reflejan un entorno de seguridad cada vez más complejo y peligroso.
A pesar de la ruptura, la ministra de Asuntos Exteriores, Penny Wong, indicó que Australia mantendrá algunas líneas de comunicación con Teherán y está instando a los ciudadanos australianos a evitar viajar a Irán. Aunque se confirmó que no hubo heridos en los ataques, el ministro del Interior, Tony Burke, subrayó la existencia de un preocupante antisemitismo en Australia, reflejando una creciente tensión en la comunidad por estos hechos.
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