En un giro sorprendente y quizás premonitorio de futuras tendencias globales, China ha inaugurado una iniciativa que podría marcar un precedente para el resto del mundo. La propuesta de que los jubilados contribuyan a la sociedad como voluntarios no solo redefiniría el concepto de jubilación sino que también ofrecería una solución al envejecimiento acelerado de la población. Mientras tanto, en un esfuerzo por cultivar una convivencia más armoniosa entre visitantes y residentes, Málaga ha desplegado una campaña informativa en inglés, dirigida específicamente a turistas, con normativas sobre el uso de patinetes y la indumentaria adecuada en la vía pública.
Por otro lado, el turismo en España, y particularmente la afluencia de visitantes chinos, ha experimentado un crecimiento exponencial. Según datos proporcionados por Turespaña y basados en estadísticas del INE, el primer trimestre de 2024 vio un aumento interanual del 207,3% en el número de turistas chinos con respecto al mismo período del año anterior. En 2023, España acogió a 382.000 visitantes procedentes de China, quienes gastaron en promedio 2.958 euros por persona, desglosándose en un gasto diario de 288 euros y una estancia media de 10,3 noches.
Este incremento proyecta continuar ascendiendo con la aproximación de la «Golden Week» o Semana Dorada, que tiene lugar del 1 al 7 de octubre, coincidiendo con el Día Nacional de China. Este periodo festivo es especialmente significativo, marcando el 75º aniversario de la fundación de la República Popular China y resultando en una masiva movilización de ciudadanos chinos que eligen pasar sus vacaciones en el extranjero, con España ganando popularidad como destino preferido.
España ha logrado posicionarse como un destino atractivo para el turista chino, no solo por su cultura y su clima sino también por su oferta turística diversificada. Plataformas de viaje como Trip.com señalan que ciudades como Granada y Sevilla han visto incrementos notables en reservas de turistas chinos, 260% y 144% respectivamente. La tendencia no solo se restringe a España sino que se extiende a otros países europeos como Francia y Reino Unido, que también experimentan aumentos significativos en las reservas desde China.
Este fenómeno turístico coincide con esfuerzos locales por gestionar de manera más efectiva el comportamiento de los visitantes. Por ejemplo, en Málaga, se han introducido señalizaciones en inglés dirigidas a turistas para promover un comportamiento respetuoso en el espacio público, una medida que refleja la adaptación de las ciudades a las nuevas realidades del turismo global.
Mientras tanto, la iniciativa de China de integrar a los jubilados en actividades voluntarias propone un modelo que podría inspirar a otras naciones a repensar el rol de los ciudadanos de edad avanzada en la sociedad. A medida que la población global envejece, encontrar maneras de mantener a los jubilados activos y comprometidos con la comunidad podría no solo beneficiar económicamente a los países sino también enriquecer el tejido social.
En resumen, la creciente influencia de turistas chinos en España, junto con las innovadoras propuestas de gobernanza local y atención al envejecimiento poblacional de China, señala un panorama de cambios significativos tanto en el turismo mundial como en la política social. Estos fenómenos interconectados podrían ofrecer valiosas lecciones y oportunidades para adaptarse a un mundo globalizado que se encuentra en constante evolución.
