En un escándalo de proporciones crecientes, 65 mujeres adicionales han salido a la luz para denunciar haber sido objeto de abusos sexuales por parte de Mohamed Al Fayed, el conocido millonario egipcio y expropietario de los emblemáticos grandes almacenes Harrods en Londres. Estas acusaciones, que se suman a las revelaciones previas de al menos cinco mujeres el mes pasado, abarcan un período que se extiende desde 1977 hasta fechas más recientes.
Las víctimas, algunas de las cuales eran menores en el momento de los hechos, han relatado episodios escalofriantes en los que fueron violadas y agredidas sexualmente. Un número considerable de estas mujeres describió cómo fueron engañadas con ofertas de trabajo como parte del personal doméstico de Al Fayed, solo para encontrarse posteriormente siendo explotadas sexualmente, algunas incluso dentro de la mansión del magnate en Oxted.
Al Fayed, quien también fue propietario del club de fútbol Fulham, falleció el año pasado a la edad de 94 años, sin haber enfrentado consecuencias legales por sus presuntos crímenes. La BBC, al hacer pública su investigación, ha arrojado luz sobre las múltiples agresiones que se le atribuyen al empresario.
De las nuevas denunciantes, 37 afirmaron haber trabajado para Harrods, lo que plantea un sombrero escenario en cuanto a la posible complicidad y el encubrimiento dentro de la empresa. En respuesta a estas alegaciones, se ha anunciado que Harrods llevará a cabo una investigación interna, liderada por abogados y bajo la supervisión de un comité independiente, para examinar estas graves acusaciones.
Además, un grupo de abogados representando a las víctimas está preparando una demanda civil contra los grandes almacenes, acusándolos de fomentar un sistema que permitió y ocultó los abusos de Al Fayed. Este complejo entramado incluiría a médicos que realizaban exámenes ginecológicos a las empleadas, personal de recursos humanos y personal de seguridad, todos presuntamente en confabulación para proteger al empresario.
La Fiscalía británica ha admitido que en dos ocasiones, en 2008 y 2013, se decidió no presentar cargos contra Al Fayed por delitos sexuales, alegando falta de pruebas concluyentes. Esta revelación plantea preguntas sobre la posible existencia de fallas en el sistema de justicia para responsabilizar a individuos poderosos.
Este caso suscita una vez más el debate sobre el abuso de poder y la cultura de silencio que protege a los agresores en posiciones de autoridad. La sociedad observa atentamente, esperando que la verdad salga a la luz y que se haga justicia para las numerosas víctimas.