Atentado con coche bomba acaba con la vida del jefe de seguridad de la central nuclear de Zaporiyia en Rusia

En un incidente que ha elevado aún más las tensiones entre Rusia y Ucrania, Andréi Korotki, uno de los principales jefes de seguridad de la planta nuclear de Zaporiyia, controlada por Rusia desde su anexión en 2022, perdió la vida el pasado viernes en un atentado con coche bomba. El ataque ocurrió justo cuando Korotki se disponía a manejar su automóvil, estacionado frente a su domicilio en la ciudad de Energodar. Este trágico evento ha sido confirmado por el Comité de Instrucción de Rusia (CIR), que además ha iniciado una detallada operación para dar con los responsables de lo que han calificado como un acto terrorista.

Andréi Korotki, quien también ostentó el cargo de jefe de la asamblea municipal de Energodar en Zaporiyia, sucumbió a las graves heridas en un hospital poco después del ataque. El CIR no ha tardado en incoar un caso penal por asesinato, señalando su compromiso por llevar a los autores ante la justicia. Yuri Chernichuk, director de la central nuclear, la mayor de su tipo en Europa, ha denunciado el acto como «inhumano y horrible», subrayando la irracionalidad de atacar a responsables de la seguridad de una instalación nuclear crítica.

Este episodio se enmarca en un contexto de acusaciones cruzadas entre Moscú y Kiev. Rusia ha denunciado previamente intentos de asesinato y atentados contra funcionarios leales a Moscú y vinculados con la planta nuclear de Zaporiyia, así como ataques con drones y proyectiles de artillería por parte del ejército ucraniano, una afirmación que Kiev niega rotundamente. Paralelamente, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha acusado a Rusia de utilizar Zaporiyia para «chantajear al mundo» con la amenaza de un desastre nuclear.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha expresado su preocupación reiteradamente sobre los riesgos que suponen ataques directos contra instalaciones nucleares, como la de Zaporiyia, y recientemente la de Kursk, esta última bajo control parcial ucraniano desde hace casi dos meses. El atentado contra Korotki no solo agrava la situación de seguridad en la región sino que también pone de manifiesto los peligros latentes que enfrentan las instalaciones nucleares en medio de un conflicto bélico en curso.

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