En una escalada de violencia en el norte de Israel, alrededor de una decena de personas resultaron heridas este jueves debido al impacto de diversos proyectiles lanzados por el grupo chií Hezbolá desde Líbano, reportan fuentes israelíes. Aunque aún no hay confirmación oficial sobre las víctimas de estos ataques, la tensión en la región se percibe cada vez más palpable.
De acuerdo con informes del periódico The Times of Israel, que se basan en declaraciones de responsables médicos, ocho individuos fueron hospitalizados esta mañana tras un ataque con proyectiles antitanque en una zona montañosa cercana a la frontera con Líbano. Se reporta que dos de estas víctimas se encuentran entre un estado moderado y grave.
El grupo libanés ha indicado que su ataque estaba dirigido a una base del Ejército israelí. Adicionalmente, un dron cargado de explosivos impactó en el oeste de Galilea, causando dos heridos, uno de ellos en estado grave, según relata el medio israelí Haaretz. Por otro lado, las fuerzas de Israel confirmaron la caída de un dron lanzado desde Líbano en las proximidades de la comunidad de Beit Hillel. Aunque se desató un incendio tras el impacto de varios fragmentos, no se reportaron víctimas en este particular incidente.
Israel se encuentra en estado de alerta después de la detonación de miles de dispositivos de comunicación por parte de Hezbolá en días recientes, provocando más de una treintena de muertes. Se anticipa que Hasán Nasrala, secretario general de los chiíes, se dirigirá al público en un discurso como respuesta a los supuestos ataques israelíes.
Este episodio violento se enmarca dentro de un intenso intercambio de hostilidades que se ha sostenido desde el 8 de octubre entre Israel y Hezbolá, en un gesto de solidaridad del grupo libanés con las milicias palestinas en la Franja de Gaza.
Anoche, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, insinuó durante una visita a las tropas de la fuerza aérea que el país se está adentrando en una «nueva fase» del conflicto en Gaza, desplegando mayores fuerzas y recursos en la frontera con Líbano. A lo largo de estos últimos once meses de conflicto, se ha reportado la muerte de más de 650 personas a ambos lados de la frontera, con la mayor cantidad de bajas del lado de Hezbolá y Líbano, incluyendo algunas pérdidas en Siria. Del lado israelí, se lamenta la pérdida de 50 vidas, entre ellas 24 militares y 26 civiles, incluidos doce menores en un ataque en los Altos del Golán ocupados.
Esta creciente espiral de violencia subraya la frágil estabilidad en la región y el potencial para un mayor derramamiento de sangre si no se encuentran vías de diálogo y acuerdo entre las partes involucradas.