En un acontecimiento que marca una nueva escalada de tensión en Israel, dos bengalas fueron lanzadas contra el patio de la residencia del Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, situada en la localidad costera de Cesarea. A pesar del potencial peligro que este acto representa, se informó que no se registraron daños materiales ni personales, una noticia que ha resonado tanto en los círculos de seguridad del país como en la opinión pública.
Según un comunicado conjunto emitido por la Policía israelí y el Shin Bet, los servicios secretos israelíes encargados de la seguridad interior y de los territorios ocupados, el primer ministro y su familia no se encontraban en la residencia en el momento del incidente. Este acto ha sido calificado de «grave incidente» y una «peligrosa escalada» de violencia, lo que ha motivado la apertura inmediata de una investigación, según reportó el diario local The Times of Israel.
La reacción de los sectores políticos no se hizo esperar. La oposición condenó el incidente de manera unánime, mientras que personajes relevantes del gobierno como Itamar Ben Gvir, el Ministro de Seguridad Nacional, emitieron advertencias severas. Ben Gvir destacó la gravedad del asunto indicando que el lanzamiento de bengalas contra la residencia de Netanyahu transgredía todos los límites aceptables, sugiriendo una escalada potencial hacia acciones aún más violentas en el futuro. «Hoy es una bengala y mañana podría ser fuego real», señaló, condenando el ataque contra Netanyahu y su familia.
Este suceso también ha revivido debates sobre problemáticas internas, con figuras como el Ministro de Justicia, Yariv Levin, vinculando el ataque con la necesidad de retomar la controvertida reforma judicial del país. Levin argumentó que este incidente es un eslabón más en una cadena de acciones violentas y anárquicas dirigidas contra el primer ministro y su gobierno, elegido democráticamente, con el objetivo de desestabilizar y cambiar el orden gubernamental mediante el uso de la fuerza y el miedo.
El ataque contra la residencia de Netanyahu se produce en un momento en que Israel enfrenta numerosos desafíos tanto en su frente interno como en el externo, destacando las complejas cuestiones de seguridad y política interna que continúan dividiendo a la sociedad israelí. Estos eventos no solo destacan las crecientes tensiones dentro del país sino que también ponen de relieve la fragilidad de la situación de seguridad, evidenciando la importante tarea que tienen las autoridades para mantener el orden y la protección de sus líderes y ciudadanos en un entorno cada vez más volátil.