En un devastador giro de eventos al amanecer de este sábado, un bombardeo aéreo ejecutado por el Ejército de Israel impactó una escuela en la Ciudad de Gaza, que fungía como refugio para personas desplazadas por el conflicto en curso, resultando en la muerte de más de 100 individuos y dejando a decenas heridos. El grupo islamista Hamás, que gobierna el enclave palestino, ha denunciado este ataque como un acto directo contra civiles que se encontraban realizando la oración del amanecer en la escuela Al Tabaín, situada en el barrio de Al Daraj.
Hamás ha lanzado acusaciones severas tanto contra Israel como contra Estados Unidos, su principal aliado y proveedor de armamento, catalogando el acto como un «crimen de genocidio y limpieza étnica». La situación se ha agravado dada la magnitud de la tragedia, lo que ha complicado los esfuerzos de los equipos de rescate y emergencia para recuperar los cuerpos y atender a los heridos, muchos de los cuales se encuentran en estado crítico en el Hospital Al Arabi.
Mientras tanto, el Ejército de Israel ha confirmado su responsabilidad en el ataque, aunque lo describen como una operación de precisión contra objetivos de Hamás, alegando que la ubicación atacada servía como centro de comando y control para la organización. Insisten en que se tomaron precauciones para minimizar las bajas civiles, utilizando municiones precisas y vigilancia aérea. Sin embargo, estas declaraciones proporcionan poco consuelo ante la horrenda pérdida de vidas civiles.
Las imágenes que circulan en las redes sociales, mostrando cuerpos desmembrados entre los escombros y civiles recolectando los restos con mantas en lugar de camillas, han conmocionado a la comunidad internacional. Adicionalmente, la alianza entre Hamás y la milicia Yihad Islámica en su lucha contra Israel solo ha intensificado el conflicto, con la Yihad Islámica señalando la elección del momento del ataque, durante la oración del amanecer, como una táctica para maximizar el número de víctimas civiles.
Esta tragedia se suma a la ya grave crisis humanitaria en Gaza, con 10.000 personas reportadas como desaparecidas bajo los escombros y 1,9 millones de desplazados lidiando con la destrucción, colapso de infraestructuras, epidemias y escasez de suministros básicos. El conflicto, que estalló el 7 de octubre del año pasado tras un ataque de Hamás a Israel, ha llevado a ataques consecuentes sobre la Franja de Gaza, incluyendo zonas civiles y humanitarias, exacerbando la desesperación de la población afectada.
La comunidad internacional ahora se ve presionada más que nunca para intervenir y exigir un cese al fuego, alentando a las partes en conflicto a reanudar las negociaciones para poner fin a la violencia que ha cobrado demasiadas vidas inocentes. La situación en Gaza permanece tensa y precaria, mientras el mundo observa esperando una resolución pacífica.
