En un comunicado oficial, el Ejército de Israel confirmó este viernes la muerte de un destacado líder del grupo islamista Hamás durante un ataque aéreo a su vehículo en Yenín, Cisjordania. Este evento marca la continuación de una intensa operación militar israelí que ya lleva tres días consecutivos en esta área ocupada. El ataque resultó en la muerte de Wasem Hazem, identificado por el ejército como el objetivo de la operación, y dos individuos más, presuntos milicianos que intentaban escapar del vehículo en el momento del atentado.
Los otros dos fallecidos fueron identificados por las fuerzas armadas como Maysara Masharqa y Arafat Amer. Hasta el momento, el grupo Hamás no ha emitido comentarios sobre estos sucesos. Según reportes del Ejército de Israel publicados en sus redes sociales, Hazem era figura clave en la planificación y ejecución de diversos ataques contra territorio israelí, destacándose en acciones de tiroteo y bombas.
El ataque aéreo que acabó con la vida de Hazem y sus acompañantes fue el resultado de una operación conjunta entre el Ejército, las fuerzas de la Policía Fronteriza y el servicio de inteligencia israelí (Shin Bet). Durante el operativo también se logró la incautación de armamento.
La incursión militar en Yenín y su campamento de refugiados sigue intensificándose, desplegando tanques, francotiradores y apoyo aéreo en la región. La ofensiva ya ha dejado un saldo de ocho palestinos muertos en los dos días anteriores, según informes de las autoridades sanitarias palestinas.
Esta ola de violencia se suma a los enfrentamientos en Tulkarem, donde el miércoles fue asesinado el comandante de la brigada de la ciudad de la Yihad Islámica y otros cuatro palestinos perdieron la vida en un ataque de dron en Tubas. La situación en Tulkarem es crítica, con una evidente destrucción de infraestructura y la quema de viviendas, aunque las tropas israelíes se retiraron de la zona anoche.
Pese a la retirada militar en algunas áreas, el temor persiste entre la población local, preocupada por la posibilidad de que se reanuden las operaciones militares. La escalada de violencia en Cisjordania subraya la prolongada tensión entre Israel y grupos palestinos, en un conflicto que no muestra signos de disminuir.
