En una serie de acontecimientos que han sacudido la arena geopolítica de Medio Oriente, aviones de combate israelíes llevaron a cabo bombardeos en los alrededores de Damasco este jueves, un área que recientemente cayó bajo el control de insurgentes que derrocaron al gobierno de Bashar al Asad. La información proviene del Observatorio Sirio de Derechos Humanos junto con reportes de la televisión siria ahora bajo gestión rebelde.
Según fuentes de la televisión controlada por los insurgentes, «los bombardeos israelíes tienen como objetivo los alrededores de Damasco, mientras la aviación de guerra sobrevuela los cielos de la capital». La cadena de televisión también indicó que los ataques aéreos se reanudaron tras una breve pausa, aunque no se proporcionaron más detalles al respecto.
El Observatorio, con sede en el Reino Unido y una red extendida de colaboradores en Siria, especificó que los bombardeos se centraron en el aeropuerto de helicópteros de Aqraba, localizado al suroeste de Damasco, donde se registraron «violentas explosiones». A pesar de la intensidad de los ataques, no se ha confirmado si han resultado víctimas mortales. Este organismo recordó que, desde el derrocamiento de Al Asad el pasado día 8, Israel ha realizado más de 350 bombardeos en 13 provincias de Siria.
El Ejército israelí, por su parte, no ha emitido declaraciones oficiales sobre estos últimos bombardeos. Sin embargo, el martes mencionó que en tan solo dos días había atacado «la mayoría de los arsenales de armas estratégicas en Siria», con el fin de evitar que cayeran en manos de grupos terroristas. Más allá de los ataques aéreos, Israel confirmó haber alcanzado buques de guerra sirios, depósitos de armas, baterías antiaéreas, aeropuertos militares y decenas de sitios de producción de armas en ciudades clave como Damasco, Homs, Tartús, Latakia y Palmira.
Paralelamente, surgen reportes sobre la ocupación israelí de aproximadamente 300 kilómetros cuadrados de territorio sirio adyacente a los Altos del Golán desde la caída de Al Asad. Desde entonces, Israel ha movilizado a sus fuerzas armadas en la zona desmilitarizada con Siria, lo que ha sido criticado por países árabes y organizaciones internacionales como una violación al acuerdo de separación de tropas establecido en 1974.
En respuesta a estas acusaciones, Israel ha defendido su despliegue de tropas como medidas «limitadas y temporales», destinadas a preservar la seguridad de su población frente a una situación de inestabilidad en su frontera.
Estas acciones marcan la más reciente escalada en un conflicto de larga duración, subrayando las tensiones persistentes y la complejidad del tablero político en Medio Oriente, una región donde la inestabilidad parece ser el único constante.
