En un acontecimiento sin precedentes, líderes de todo el mundo se darán cita este sábado 26 de abril en la imponente Basílica de San Pedro para el funeral del Papa Francisco, quien falleció a los 88 años de edad. Este acto, no solo simboliza el fin de una era en el Vaticano, sino que también marca un momento histórico en la diplomacia global, con la presencia de presidentes, primeros ministros, miembros de la realeza, y altos representantes de organismos internacionales.
El protocolo de asientos para el funeral ha captado la atención mundial, tanto por su rigurosidad como por lo que implica en términos de jerarquías internacionales. La asistencia incluirá a figuras globales, desde Javier Milei de Argentina hasta Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, mientras algunas naciones optaron por enviar delegaciones. Notablemente, Claudia Sheinbaum, presidenta de México, no estará presente, delegando su representación en Rosa Icela Rodríguez.
Desde Europa, la lista de asistentes también es destacada. España enviará a los reyes Felipe VI y Letizia, acompañados de figuras políticas de alto nivel, aunque el presidente Pedro Sánchez será una ausencia notable. Otros líderes europeos como Emmanuel Macron de Francia, el presidente italiano Sergio Mattarella y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, han confirmado su asistencia, señalando el extenso alcance diplomático y personal del Papa Francisco.
Una de las presencias más comentadas es la del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien asistirá acompañado por su esposa Melania. Por otro lado, la ausencia del presidente ruso Vladimir Putin y del líder chino representa un aspecto diplomáticamente significativo, aunque China ha transmitido sus condolencias por medio de su Ministerio de Exteriores. En contraparte, Taiwán, reconocido diplomáticamente por el Vaticano, ha declarado duelo oficial y enviará una delegación.
El funeral se llevará a cabo a las 10:00 horas en la escalinata de la Basílica de San Pedro y promete ser un evento cubierto globalmente. La capilla ardiente, que ha estado abierta durante tres días, ha recibido la visita de miles de fieles, reflejando el profundo impacto que el Papa Francisco tuvo no solo en la iglesia sino en la comunidad global. Su legado será recordado por su labor humanitaria, su influencia diplomática y su capacidad para tocar los corazones de personas de diversas creencias alrededor del mundo. La Basílica Papal de Santa María la Mayor ha sido designada como su lugar de descanso final, cerrando un capítulo histórico en la historia de la iglesia católica y abriendo el debate sobre su sucesión y el futuro de la institución.
