Durante la Comisión Territorial de Seguros Agrarios de Castilla-La Mancha, presidida por Joaquín Cuadrado, director general de Ordenación Agropecuaria, se revelaron cifras impactantes sobre las indemnizaciones otorgadas a agricultores y ganaderos asegurados en la región y en España. En el caso de Castilla-La Mancha, se han percibido indemnizaciones que ascienden a 178 millones de euros. En el conjunto de España, la cifra de indemnizaciones alcanza los 1.241 millones de euros por los siniestros registrados durante 2023.
La reunión contó con la presencia de representantes de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), la Subdelegación del Gobierno y organizaciones profesionales agrarias como UPA y Asaja, junto a miembros de Cooperativas Agroalimentarias y técnicos de Agroseguro, según informó el Gobierno regional.
En este contexto, se informó que las indemnizaciones en la región, cofinanciadas por Enesa y el Gobierno regional, aumentaron un 169 por ciento respecto a años anteriores. Además, se ha registrado un incremento general en la contratación de seguros agrarios. Un ejemplo de este aumento es el sector de cultivos herbáceos, que experimentó un crecimiento del 25 por ciento en la contratación de seguros.
Cuadrado ha indicado que se destinará una partida inicial de ocho millones de euros a seguros agrarios este año, con la posibilidad de ampliar dicha cantidad para satisfacer el incremento en las contrataciones por parte de agricultores y ganaderos. «De hecho, calculamos que este año podremos llegar hasta los nueve millones para atender esa demanda, lo que significaría prácticamente haber doblado los 4,6 millones que se destinaban en 2016», afirmó el director general.
Finalmente, Cuadrado informó sobre las gestiones que se están realizando desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para adelantar en la modificación del seguro agrario. El propósito de estas modificaciones es mejorar aspectos relacionados con las normas de contratación y los costes de los seguros, de modo que se puedan cubrir adecuadamente las necesidades reales de los agricultores y ganaderos ante las adversidades que enfrentan en sus explotaciones.