Isabel González y Manel De la Torre son dos aficionados al montañismo que han unido sus vidas en la búsqueda de aventuras en las alturas. Se encuentran preparando una expedición al campamento base del Annapurna en Nepal, después de haber participado en La Desértica en Almería como parte de su entrenamiento. Su pasión por el montañismo les ha llevado de disciplinas como el rugby a enfrentarse a algunos de los desafíos más significativos del mundo, donde han ido acumulando experiencias inolvidables que se han convertido en una parte habitual de su vida extraordinaria. La expedición al Annapurna promete ser una de las más exigentes que han enfrentado, no solo por la altitud y el clima impredecible sino también por la complejidad del terreno.
La expedición al Annapurna reunirá a ocho aventureros de diversos lugares de España, quienes se conectaron a través de una guía especializada en organizar este tipo de aventuras. Para Manel y Isabel, este viaje es parte de su sueño de conquistar ochomiles, aunque reconocen las limitaciones económicas y físicas que este tipo de expediciones implica. La planificación es clave, y ambos han dedicado meses a prepararse física, mental y nutricionalmente para enfrentar los rigores de la alta montaña. Ya han pasado por experiencias desafiantes, como un intento fallido de ascenso en Chile y preparaciones en altitudes similares para evitar el mal de altura, sabiendo que cada expedición es un paso más hacia lograr sus sueños de montañismo.
Más allá de la adrenalina y la consecución de hitos personales, para Isabel y Manel, la montaña es una maestra de vida. Enfrentar y superar los desafíos que presenta la alta montaña les ha enseñado valiosas lecciones sobre la importancia de la preparación, la planificación y el respeto por las fuerzas de la naturaleza. Ambos son conscientes de los peligros inherentes a su pasión y se esfuerzan por minimizar los riesgos, sabiendo que incluso las montañas más accesibles pueden ser mortales sin el debido respeto y preparación. Este ethos de aventura, combinado con un fuerte sentido de la planificación y la seguridad, define su acercamiento al montañismo y a la vida, subrayando la idea de que vivir el momento es esencial, especialmente cuando se persiguen pasiones que demandan tanto física como emocionalmente.