El Comité Ejecutivo Regional de Asaja Castilla-La Mancha ha establecido siete prioridades para el sector agrario y ganadero en la nueva legislatura que presentará al presidente de la región después de su toma de posesión. Una de las mencionadas es contar con más agua para que los agricultores puedan producir alimentos y para que las explotaciones no pierdan competitividad y rentabilidad.
Dado que el cambio climático «ha venido para quedarse», según la organización agraria, es fundamental hablar sobre «agua, vertebración hídrica e infraestructuras para la producción». «Los agricultores castellanomanchegos, que tienen las dotaciones más bajas de toda Europa, están descontentos con la política de agua de la Consejería de Agricultura, ya que apenas tiene competencias en materia hidráulica y poco pueden hacer para satisfacer las necesidades del campo castellanomanchego», han lamentado.
Por tanto, la organización agraria presentará propuestas al gobierno estatal y europeo que «garanticen el acceso al agua para que los agricultores puedan producir alimentos y para que las explotaciones dejen de perder competitividad y rentabilidad».
Otra cuestión que la organización agraria desea abordar es la Política Agrícola Común (PAC), ya que considera que «la pandemia, la guerra y la sequía han demostrado que los planteamientos de la última reforma con limitaciones y prohibiciones al sistema productivo, y sin aplicar la misma reciprocidad a las importaciones, no se adecúa a las necesidades que tiene nuestra región». Por lo tanto, desde la Asaja piden una revisión intermedia que permita un cambio de rumbo.
En consonancia con lo planteado en la PAC, en materia de Desarrollo Rural, la organización pide priorizar las líneas productivas y «cambiar todo lo que sea necesario para que los beneficiarios de esas medidas sean los agricultores y ganaderos porque, además, son los que generan los fondos del Programa de Desarrollo Rural».
La cuarta prioridad es exigir y controlar el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria. «Las comunidades autónomas, y en nuestro caso la Dirección General de Alimentación, deben vigilar el cumplimiento de esta ley. Pedimos que se inspeccione, se investigue y, en su caso, se sancione, a todos aquellos que cometan fraude o prácticas irregulares».
En cuanto al sector vitivinícola, que según Asaja es el que más atención requiere, demandan el control de la trazabilidad del producto y señalan que «existen suficientes leyes, como la de la Cadena Alimentaria y la de la Viña y el Vino que, si se cumplieran, resolverían muchos de los problemas actuales de los viticultores».
También la ganadería, en especial la extensiva, es objeto de priorización para Asaja Castilla-La Mancha. «Al incremento de los costes de producción hay que sumarle ahora los sobrecostes para alimentar a un ganado que se ha quedado sin pastos debido a la sequía, lo que es alarmante. «De poco sirven las bondades de la ganadería extensiva si es un hecho que, debido a la baja rentabilidad de estas explotaciones, están abocadas a la desaparición. Por lo que, si queremos que los ganaderos sigan produciendo, necesitamos proporcionarles más medidas y más ayudas».
Por último, la organización agraria busca una interlocución efectiva con la Consejería de Agricultura. «Algo está fallando cuando los agricultores y ganaderos de la región critican las falsas expectativas generadas». «Si quieren contar con nosotros para una interlocución real, nos van a tener, pero trabajando para sacar adelante propuestas que verdaderamente beneficien al sector».