Con el sentido de estado desaparecido y con él los grandes consensos aparece la polarización en nuestra sociedad avanzando de manera muy peligrosa. En mi opinión, se trata de una polarización sin base ideológica producto de una estrategia maquiavélica de unos políticos incendiarios que tristemente está dando resultados. Ahora mismo no cabe el punto intermedio, estás conmigo o estas contra mí, no hay más opciones. Lamentable.
¿Dónde quedó el debate ideológico?
Precisamos dirigentes que prendan menos fuegos y tiendan más puentes. Desde el respeto debemos volver al debate, a la reflexión y al análisis.
Pero todo no es culpa de la mediocridad que reina en la política actual, la ciudadanía también tiene un papel trascendente en este escenario. Siendo consciente de su hastío, la sociedad civil debe sobreponerse y hacerse fuerte con cordura y mesura. No puede prevalecer un tuit o una cadena de WhatsApp sobre el conocimiento y la razón fomentando la división. No lo podemos permitir.
Política y sociedad deben ir de la mano en el arduo camino que tenemos por delante de volver a humanizarnos en busca de un nuevo consenso social que con principios y valores eviten la destrucción de nuestra esencial democracia que ahora mismo se ve amenazada por extremismos populistas.
Deseo finalizar este humilde artículo de opinión, escrito con el único deseo de invitarles a la reflexión, con una cita de Aristóteles que dice así:
“La virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto”
Antonio Martínez Iniesta
Presidente de Reacciona Por España en Castilla-La Mancha