En un giro dramático de los acontecimientos políticos en Corea del Sur, las autoridades han detenido al presidente despojado de su cargo, Yoon Suk-yeol. La detención, que se llevó a cabo el miércoles a las 10:33 hora local, marca un capítulo sin precedentes en la historia política surcoreana, siendo Yoon el primer presidente en ejercicio arrestado.
La Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO), acompañada de la Policía y otras agencias estatales, ejecutó la orden de arresto tras un segundo intento de acceso a la residencia de Yoon, luego de un intento fallido a principios de mes. Este paso se ha dado en medio de investigaciones sobre acciones del presidente relacionadas con una controvertida declaración de ley marcial el pasado diciembre.
Tras su detención, Yoon fue visto entrando en las instalaciones de la CIO para ser interrogado. Desde su residencia en Yongsan, en el centro de Seúl, Yoon había emitido un mensaje grabado anunciando su decisión de comparecer ante las autoridades, calificando la investigación de «ilegal» y expresando su deseo de evitar un «derramamiento de sangre». Esta declaración subraya la tensión y la discordia política que rodea su detención.
El proceso de arresto no estuvo exento de drama, comenzando en las primeras horas con intentos bloqueados por una cadena humana de seguridad y vehículos alrededor de su residencia. Sin embargo, las autoridades finalmente negociaron un acceso al recinto, señalando la determinación del Estado para llevar a cabo la acción legal.
Yoon enfrenta acusaciones por un supuesto delito de insurrección ligado a su declaración de la ley marcial, un acto para el que un presidente surcoreano no goza de inmunidad. En el contexto de estas acusaciones, aproximadamente 6.500 partidarios de Yoon se reunieron cerca de su residencia, y parlamentarios del Partido del Poder Popular expresaron su protesta contra la orden de detención.
Se espera que los abogados de Yoon den una rueda de prensa en breve para revelar más detalles sobre el caso. Paralelamente, el Tribunal Constitucional ha abierto un procedimiento para determinar si la destitución de Yoon es definitiva o si podría ser reinstaurado en su cargo.
Este suceso no solo es significativo por ser la primera vez que un presidente surcoreano es arrestado mientras está en el cargo, sino que también marca un punto crítico en la política surcoreana, reflejando las profundas divisiones y el debate sobre los límites de la ley y el poder ejecutivo. Con el estado del país en una encrucijada, los ojos del mundo están puestos en cómo se desarrollará este capítulo de la historia política de Corea del Sur.