La falta de lluvias está definiendo el arranque de una mala temporada de recolección de setas silvestres de otoño en Guadalajara, un hongo muy demandado que en años buenos atrae a cientos de recolectores y aficionados y que supone, especialmente para las arcas de algunos ayuntamientos, un ingreso extra ya que además de la orden de recogida de la Junta de Castilla-La Mancha, es creciente la creación de ordenanzas particulares que suponen el pago de una cantidad simbólica para el setero.
Tanto los propios lugareños como el delegado de Desarrollo Sostenible, José Luis Tenorio, han confirmado a Europa Press que no es un buen año para la recogida de hongos, pese a que Guadalajara es una provincia que tiene zonas muy buenas, tanto de boletus como de setas de cardo y de níscalos.
Pero quienes lo saben, sin duda, no lo dicen y su localización sigue siendo el secreto mejor guardado. «Es difícil arrancar a los que saben de setas donde están», ha afirmado Tenorio.
«En la provincia de Guadalajara hay bastante afición», ha abundado el responsable provincial de Desarrollo Sostenible, tras recordar la orden del 21 de noviembre de 2016 del Gobierno regional en la que se establecen las líneas generales de lo que se permite recoger a cada persona y cómo debe hacerlo.
Todo ello, al margen de la creciente presencia de ordenanzas creadas por municipios y mancomunidades, acotando aún más la recolección y estableciendo cuotas simbólicas, en general de cinco euros por persona, para poder recolectar un máximo de cinco kilos de setas.
Unas ordenanzas que, en general, como en el caso de Cantalojas, eximen de dicho pago a los vecinos censados en el municipio y que recuerdan también que no se deben recolectar ejemplares pequeños así como que las herramientas utilizadas para la recogida deberán ser navajas y cuchillos. También prohibe remover el suelo o efectuar la recogida por la noche y aconseja utilizar bolsas ni cubos de plástico.
La Delegación de Desarrollo Sostenible en Guadalajara trabaja de manera conjunta con la Guardia Civil para impedir que grupos organizados acudan cada temporada a la provincia y recojan mucha más cantidad de setas de la permitida, que luego venden fuera a precios muy altos, algo que está motivado que todavía es un mercado poco claro.
Por ello, uno de los objetivos en lo que se trabaja ya desde algún municipio es en profesionalizar este sector y que este recurso tenga unos canales claros de venta, ha precisado Tenorio.
«Sería interesante que se profesionalizara y hubiera un mercado y una actividad alrededor de la seta al margen de la afición existente, ha añadido, reconociendo que también genera turismo y actividad en muchos pueblos durante la temporada setera.