Argelia impone una condena de 5 años al renombrado escritor Boualem Sansal por cargos de comprometer la integridad territorial del país

En un giro de los acontecimientos que marca un nuevo capítulo en la ya tensa relación entre Francia y Argelia, Boualem Sansal, un renombrado escritor argelino de 80 años, ha sido condenado a cinco años de prisión y a pagar una multa de 3.500 euros. Este jueves, el tribunal de Dar el Beida en Argel dictó la sentencia contra Sansal, acusándolo de poner en peligro la seguridad del Estado, la integridad territorial y la estabilidad de las instituciones del país, además de mantener inteligencia con potencias extranjeras. A pesar de que la fiscalía solicitó inicialmente una pena de diez años, el veredicto final ha sido significativamente menos severo.

La condena ha provocado una ola de indignación y preocupación a nivel internacional, especialmente en Francia, donde varias figuras políticas y del ámbito literario han manifestado su consternación. Entre ellas, el presidente francés, Emmanuel Macron, quien expresó su deseo de que Sansal «vuelva a ser un hombre libre» y pueda recibir tratamiento para el cáncer que padece. Macron hizo un llamamiento a las autoridades argelinas, mencionando su confianza en el «sentido común» y en la «humanidad» de estas para revisar la decisión.

La detención y posterior condena del escritor, que ha obtenido la nacionalidad francesa aparte de la argelina, amenaza con agravar aún más la ya delicada situación entre Francia y Argelia. La crisis bilateral se intensificó desde julio de 2024, tras el reconocimiento por parte del presidente Macron de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, un gesto que no ha sido bien recibido por Argel.

La reputación de Sansal como crítico feroz del islamismo y del sistema político argelino ha sido bien documentada a través de sus obras y declaraciones públicas. Esta no es la primera vez que sus opiniones le acarrean problemas; anteriormente fue expulsado de su puesto de funcionario en 2023. Sin embargo, sus libros continúan disponibles en Argel, lo que atestigua la compleja relación entre su figura pública y las autoridades.

El juicio mismo estuvo marcado por controversias, incluida la decisión de Sansal de comparecer sin abogado defensor, después de que a su letrado francés, François Zimeray, se le negara el visado para ingresar a Argelia. Finalmente, se designó un abogado de oficio para asistirlo durante el proceso.

La condena ha suscitado reacciones más allá de las fronteras de Francia y Argelia, con figuras internacionales criticando la aparente represión de la libertad de expresión y el impacto de este caso en las ya tensas relaciones diplomáticas entre ambos países. A su vez, ha abierto un debate más amplio sobre los derechos humanos y la libertad de expresión en un contexto geopolítico cada vez más complejo.

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