El cuerpo de la Policía Municipal de Argamasilla de Alba cuenta con un nuevo vehículo para el desempeño de sus labores de seguridad y servicio a la ciudadanía. Se trata de un Renault Arkana, un modelo híbrido que combina un motor de gasolina con un sistema eléctrico, lo que le permite reducir el consumo y las emisiones de CO2. El vehículo tiene una potencia de 140 caballos y una etiqueta ambiental ECO.
La alcaldesa, Sonia González, acompañada del concejal de Seguridad Ciudadana, Transparencia, Accesibilidad e Infraestructuras, José López de la Vieja, hizo entrega del nuevo vehículo a los agentes, al frente de ellos el jefe de la Policía Local, José Carretón, en un acto celebrado en la Glorieta frente al Ayuntamiento. González ha destacado que se trata de una inversión “necesaria y responsable” para mejorar la calidad del servicio que presta la Policía Local, así como para contribuir a la protección del medio ambiente.
La alcaldesa ha señalado que esta renovación es parte de un plan más amplio para dotar a la plantilla de la Policía Local con los mejores medios para su desempeño profesional. “El objetivo del equipo de Gobierno es que nuestros agentes cuenten con las herramientas adecuadas para garantizar la seguridad y el bienestar de nuestros vecinos y vecinas, que son nuestra prioridad, así como la seguridad de los agentes en el desempeño de sus funciones”.
El nuevo vehículo está dotado el equipamiento de seguridad y de servicio propio de los vehículos policiales, para permitir a los agentes el desempeño de sus funciones con una mayor eficacia. Así, el vehículo cuenta entre otro equipamiento con puente de luces led de última generación, mueble técnico en el maletero, equipo de radio con tecnología digital y localizador GPS, entre otros. Además, el vehículo tiene transmisión automática, lo que facilita la conducción y la comodidad de los agentes.
Con la adquisición de este nuevo vehículo, el Ayuntamiento de Argamasilla de Alba mejora y rejuvenece el parque móvil de la Policía Local, que hasta ahora contaba con vehículos con un elevado kilometraje (en torno a 300.000 y 400.000 kilómetros), lo que suponía un mayor gasto en mantenimiento y reparaciones.