Aprender a mi propio ritmo: Valorando la paciencia en la educación

En la reciente emisión del popular programa «El hormiguero», celebrado este jueves, 9 de enero, el ambiente estuvo cargado de humor y camaradería, especialmente en lo que respecta a Tamara Falcó, la marquesa de Griñón, quien fue objeto de divertidas burlas por parte del presentador, Pablo Motos. Falcó, que lleva varias temporadas en el programa desempeñando un papel más bien secundario en los debates políticos, ha decidido que esto cambie para el año 2025.

Durante la tertulia, que abordó desde el novio de Ayuso hasta el hermano de Sánchez, pasando por la situación en Venezuela y los conflictos internos del Gobierno de coalición, cada vez que Tamara intentaba aportar, Pablo Motos no perdía oportunidad para hacer sus bromas. «Pensaba pasar la pelota, porque pensaba que no querrías comentar nada. Pero te he escuchado decir ‘y’… ¡que paren las máquinas ahora mismo!», exclamó Motos con evidente sorna, cuando Tamara mostró intenciones de intervenir.

A pesar de las bromas, Tamara Falcó mostró tener muy claro su propósito de mejorar su participación en las tertulias: «Es que he hecho mis deberes, es parte de mis propósitos para el 2025», explicaba, provocando la reacción jocosa de Pablo Motos: «¿Hacer los deberes para la tertulia? ¡Aleluya!». Sin embargo, Falcó no se amilanó y con sentido del humor respondió a las burlas, asegurando que ella aprende «lentamente».

En los pocos momentos en que Tamara intervino sobre temas de actualidad, como la defensa de Ayuso por Miguel Ángel Rodríguez, sus comentarios fueron breves pero pertinentes. Pese a ello, la escueta participación fue nuevamente motivo de comentarios humorísticos tanto de Motos como de otros colaboradores, entre ellos, Cristina Pardo, quien insinuó que si todos los temas se resolvieran con una frase, Tamara necesitaría sacar 50 temas por tertulia.

No obstante, el buen humor fue una constante, y Tamara Falcó supo manejar las situaciones con gracia, incluso revolviéndose contra sus compañeros y acusándolos de realizar «bullying en toda regla», lo que remató entre risas, demostrando la camaradería que impera en el programa.

Este episodio destacó no solo por las ocurrencias y el ambiente distendido que caracteriza a «El hormiguero», sino por el espíritu combativo de Tamara Falcó, dispuesta a reforzar su papel en el programa y demostrar que tiene mucho que aportar, tanto en temas frívolos como en los políticos. Una muestra de que, detrás de las risas, existe un compromiso por mejorar y aportar en todas las áreas posibles, aunque siempre manteniendo el buen humor como bandera.

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