Apoyo del Gobierno regional a la gestión sostenible del viñedo de secano en vaso en Cuenca

El Gobierno de Castilla-La Mancha apuesta por la gestión sostenible del viñedo de secano en vaso, una práctica tradicional que contribuye a la adaptación al cambio climático, a la gestión eficiente de recursos naturales y a la preservación de la biodiversidad.

El delegado provincial de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural en la provincia de Cuenca, Rodrigo Fernández, ha expresado el compromiso del Gobierno regional durante la inauguración del curso de formación ‘Gestión sostenible del viñedo de secano’, celebrado en Iniesta. Este curso, al que asistieron alrededor de un centenar de agricultores, se enmarca en la nueva línea de ayudas agroambientales del Plan Estratégico de la Política Agrícola Común (PEPAC) 2023-2027.

Fernández destacó la importancia de esta formación para los agricultores que deseen optar por estas ayudas, cuyo objetivo es mantener el sistema de cultivo de viñedo tradicional. Además, afirmó que esta práctica es más sostenible que otras como los sistemas de conducción en espaldera o de regadío. En la provincia de Cuenca, se han presentado 150 solicitudes para 528 hectáreas de superficie, que recibirán una subvención de 100 euros por hectárea durante los 5 años de compromiso de dicha ayuda.

Entre los requisitos para acceder a estas ayudas se encuentran disponer de una superficie mínima de una hectárea de viñedo en vaso, que tenga al menos 50 años de antigüedad, acreditar formación adecuada, asesoramiento técnico, mantener actualizado el cuaderno de explotación y realizar una fertilización orgánica con estiércol u otros productos compostados.

El viñedo de secano presenta ventajas claras en cuanto a la producción de vinos de mayor calidad y profundidad. Las cepas viejas suelen producir uvas de menor cantidad, pero de mayor calidad y concentración. Además, al tener raíces profundas, extraen más nutrientes y minerales del suelo, lo que se traduce en vinos con mayor complejidad aromática y de sabor. Estas cepas también son más resistentes a las enfermedades de la vid y requieren menos agua y fertilizantes, lo que las convierte en una opción más sostenible desde el punto de vista ambiental.

En resumen, el Gobierno de Castilla-La Mancha apuesta por la preservación de este método tradicional de cultivo, que no solo contribuye a la sostenibilidad del medio ambiente, sino que también forma parte de la cultura y la tradición de la región.

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