En una conmemoración por el vigésimo aniversario del fallecimiento del reportero Ricardo Ortega, la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, María Rey, destacó su figura como un periodista apasionado y comprometido, que estaba siempre presente en el corazón del sufrimiento para transmitir la realidad al mundo.
Rey desglosó el perfil humano y profesional de Ortega en una entrevista concedida a Europa Press, donde lo describió como un reportero que cumple con el arquetipo del cronista intrépido; un periodista nato que, a pesar de no tener formación en el campo, logró convertirse en un referente para la profesión a través de su inteligencia y curiosidad naturales, heredadas de su madre, calificada por Rey como una mujer «muy brillante e intelectualmente muy activa».
Ortega comenzó a perfilar su carrera en el periodismo tras trasladarse a Moscú para estudiar Física Nuclear. Allí, su implicación y habilidad para el aprendizaje rápido del idioma ruso le permitieron traducir y enriquecer información, dando sus primeros pasos en la labor de reportero.
Tras incorporarse a Antena 3, Ortega empezó a destacar con crónicas detalladas y con una importante capacidad de análisis, especialmente durante su cobertura del conflicto en Chechenia. María Rey compartió anécdotas sobre su capacidad para abarcar la esencia de una historia, como cuando tomó un comentario casual sobre ilustrar una pieza informativa mostrando una nevera vacía, y lo implementó al día siguiente, demostrando su talento y capacidad para conectar con la audiencia.
Con el tiempo, Ortega superó sus inseguridades y se convirtió en un periodista excepcional cuya habilidad para el directo y la conexión con los temas que abordaba lo convirtieron en un respetado y querido compañero en el ámbito periodístico.
María Rey está convencida de que si Ortega estuviera hoy con nosotros, estaría cubriendo conflictos como los de Gaza y Ucrania, manteniendo su compromiso con denunciar injusticias y ejerciendo un periodismo empático y conectado con la justicia social. Según Rey, su labor no obedecía a ideologías sino a la necesidad de denunciar lo que consideraba injusto, sin permitir que intereses económicos o políticos eclipsaran las verdaderas necesidades humanas.
La periodista también expresó su decepción con el sistema de justicia, criticando el archivo de la causa sobre la muerte de Ortega por falta de pruebas, reflejando una impotencia común ante los conflictos y la falta de justicia para los que los sufren.
Rey concluyó afirmando que la muerte de Ortega no fue en vano, pues marcó un antes y un después en cuanto a las medidas de seguridad que las empresas periodísticas establecieron para proteger a sus corresponsales, haciendo así un tributo perdurable a su legado.
