La emisión del programa estival «Y ahora, Sonsoles» ha puesto de manifiesto un caso desolador que ha conmovido a la audiencia española, tras narrar la dolorosa experiencia de Rogelio, un padre que vive la peor pesadilla imaginable: la muerte de su hija en circunstancias dramáticas en el extranjero, específicamente en Gran Bretaña, y su posterior lucha por repatriar su cuerpo a España.
La joven, cuyo nombre no ha sido revelado, fue encontrada sin vida en una calle concurrida de Londres el día de su cumpleaños, hace ya casi dos semanas. Rogelio compartió en la plataforma de Antena 3 cómo la ausencia de respuesta y asistencia por parte de las autoridades competentes y los problemas con su seguro de vida han complicado aún más este trágico momento, impidiendo el proceso de repatriación de su hija.
La indignación no tardó en hacer eco en el plató del programa, donde el periodista Antonio Naranjo criticó duramente la burocracia y falta de acción gubernamental, destacando la ironía y el sinsentido de tener que solicitar ayuda por correo electrónico en una situación tan desesperada. Según Naranjo, debería ser el propio gobierno y sus instituciones quienes se acercaran a la familia en duelo para facilitar dicho proceso, en lugar de complicar aún más una situación ya de por sí dolorosa.
Los gastos para poder repatriar el cuerpo superan los 10,000 euros, y el tiempo de espera ya se ha extendido por más de un mes, un periodo que Rogelio y su familia han pasado sin recibir la más mínima asistencia para acelerar este proceso, a pesar de los obstáculos impuestos por la aseguradora por motivos de cláusulas contractuales.
La falta de sensibilidad y la dejadez por parte de los gobiernos implicados han sido duramente criticadas por la presentadora del programa, Pepa Romero, y su equipo, quienes se sumaron a las quejas de Rogelio sobre la falta de comunicación y asistencia desde que su hija fue brutalmente asesinada en el extranjero.
El caso reitera la pregunta fundamental sobre el rol y la responsabilidad de las embajadas, consulados y administraciones públicas en situaciones de emergencia y desamparo de ciudadanos en el extranjero, planteando un llamado urgente a revisar y mejorar los protocolos de actuación en estos contextos tan angustiantes.
Mientras la familia continua su lucha por repatriar el cuerpo de su hija, el programa «Y ahora, Sonsoles» arrojó luz sobre una problemática que demanda atención inmediata y soluciones efectivas por parte de las autoridades para evitar que futuras familias enfrenten la misma situación desgarradora por la que atraviesa Rogelio. Este caso no solo revela la tragedia personal de una familia en duelo, sino también las deficiencias del sistema y la urgente necesidad de empatía, eficacia y humanidad en los procedimientos burocráticos internacionales.
