Anipam exige que los agricultores sean los beneficiarios del valor añadido generado por la lavanda durante la floración.

Anipam demanda que el valor añadido que genera la lavanda durante la floración llegue a los agricultores

La Asociación Nacional Interprofesional de Plantas Aromáticas y Medicinales (Anipam) está preocupada por la crisis de precios que atraviesan los lavandicultores y los daños causados por la sequía. A pesar del atractivo turístico y económico que genera la floración de las plantaciones de lavanda y lavandín, Anipam quiere recordar la difícil situación del sector y la necesidad de que el valor añadido de su actividad llegue a los agricultores.

El presidente de Anipam, Abelardo Carrillo, destaca que detrás del glamour de las plantaciones de lavanda existe un arduo trabajo por parte de los agricultores, quienes hacen posible la belleza de sus fincas y mantienen la actividad económica del sector. Por esta razón, pide a los turistas que respeten los campos de lavanda y a las administraciones y representantes políticos que defiendan sus reivindicaciones ante la Unión Europea.

En el caso de Guadalajara, la floración de la lavanda es de vital importancia para sectores como la hostelería y el turismo. Sin embargo, los agricultores no comparten el mismo optimismo, ya que son ellos quienes trabajan en el campo pero no reciben un beneficio económico. Esta paradoja debe ser tenida en cuenta.

Aunque los productores de lavanda y lavandín están satisfechos por el interés social que genera su cultivo, enfatizan que los campos de lavanda son el resultado del trabajo de los agricultores y destiladores, y que además asumen los riesgos de una actividad económica vulnerable y sensible a adversidades.

La lavanda y el lavandín son utilizados como materia prima en la industria de la higiene, cosmética y perfumería, en la que España es un referente mundial. Sin embargo, el sector se enfrenta a tres crisis simultáneas: la crisis del clima, con dos años consecutivos de sequía; la crisis regulatoria, pues necesitan que la Unión Europea respete el carácter natural de sus productos; y la crisis de los mercados, con precios de los aceites esenciales en declive desde hace tres años.

Los agricultores no pueden vender sus productos debido a los bajos precios del mercado, que solo cubren la mitad de sus costos. Esto ha llevado a un elevado estocaje de aceite de lavanda y lavandín que no ha sido vendido. La situación actual del sector es desfavorable tanto en términos de producción debido a la sequía, como en cuanto a los precios.

Ante esta situación, Anipam hace un llamado a la atención sobre la viabilidad del sector y la importancia de apoyar a los agricultores de lavanda y lavandín. El trabajo duro y sacrificado de estos agricultores es el fundamento detrás del glamour de las plantaciones, y es necesario que sean remunerados adecuadamente por su labor.

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