Àngels Sala: “Los jóvenes actuales tienen una mente inquieta y están muy concienciados”

No hay futuro sin planeta. Estoy segura de que los dinosaurios pensaban que también les quedaba tiempo. Somos la especie en peligro de extinguirlo todo. Éstos fueron algunos de los lemas con los que miles de jóvenes de todo el mundo salieron a las calles cada viernes durante los últimos meses antes de ser confinados y distanciados socialmente por la crisis sanitaria. Jóvenes de todo el mundo recogieron el testigo de un movimiento ecologista clásico y, más allá de partidos políticos y traspasando las ideologías al uso, se unieron para lanzar un mensaje de auxilio.

Un movimiento nacido espontáneamente en los institutos de Educación Secundaria y en los primeros cursos universitarios del que ha sido testigo directo la Asociación Ambientech, nacida en 2001 y dedicada a difundir y facilitar el aprendizaje de las ciencias con conciencia ambiental entre los estudiantes de secundaria a través, por ejemplo, de su portal educativo con contenidos de acceso libre y gratuito.

Para entender cuáles son las preocupaciones de los jóvenes, realizaron un debate interescolar en la COP25 de Madrid y estos meses están realizando una nuevas rondas de encuentros online, para que los jóvenes estudiantes propongan sus soluciones a este gran desafío global hablando de transporte, agricultura, economía circular o consumo. Unos encuentros en los que están participando estudiantes de Aragón, Canarias, Cataluña, Madrid, Valencia, México o Colombia.

Àngels Sala, directora de la Asociación, tiene claro que existe un importante cambio generacional. Ven mucho más cercanas las consecuencias del cambio climático. “El joven actual tiene una mente inquieta, se esfuerza por conocer aquello que se plantea nuevo y de lo que no tiene una idea previa. Está muy concienciado. Greta Thunberg es un ejemplo de ello”. Un hecho que, para ellos, se manifiesta en muchos aspectos de su vida como el tema de la alimentación donde “cada vez es más normal encontrar jóvenes vegetarianos o veganos. Están mucho más concienciados y van reduciendo su consumo de carne”.

Para esta experta en Educación Ambiental, la crisis sanitaria  ha logrado una recuperación de la contaminación en las ciudades, pero nos enfrenta a nuevos retos, como el aumento de residuos y de huella ecológica que produce el consumo online. “Hay que buscar una solución para este consumo individualizado online, porque el de transporte y el exceso de embalajes generan mucho más residuos que la compra en establecimientos tradicionales”. En su opinión, “la transición energética tiene que ser promovida desde el consumo. El político no tomará medidas a no ser que al mercado le interese, porque la tecnología ya existe, pero estos cambios conllevan una inversión importante que sólo se realizará si el consumidor lo demanda”.

Otro concepto importante propuesto para debatir en estos encuentros es la Economía Circular, que según nos explica la directora de Ambientech, “se basa en tomar medidas para generar el mínimo residuo, considerando como residuos también las emisiones. Debemos reutilizar nuestros propios recursos y utilizar todo aquello renovable para no agotar los no renovables. No se trata sólo de concienciar sobre el reciclaje, sino también sobre la reducción de emisiones, de contaminación en el subsuelo, en el suelo, en el aire, o sobre el agotamiento de recursos”.

“Cuando estamos ante productos muy baratos”, continúa, “los compramos sin pensar lo que hay detrás del precio: su huella ecológica, de dónde vienen, cómo los han fabricado, si ha habido explotación para producirlos. Deberíamos, además de valorar estos aspectos, elegir productos de proximidad, con menos huella ecológica”.

Algunos de los conceptos con los que se proponen trabajar en las aulas de secundaria es sobre la obsolescencia programada, que ellos relacionan con un nuevo concepto, la obsolescencia deseada, propuesto por David Horcajada de Ambilamp. “Tienes un móvil que sabes que te durará unos dos años, pero como cada cierto tiempo las tecnologías avanzan a pasos agigantados, quieres cambiarlo mucho antes. A eso llamamos obsolescencia deseada”, nos explica Àngels Sala. También es muy importante trabajar con los jóvenes la importancia de la reparación. “Cuando una cosa se estropea hay que tratar de repararla. El sector de la moda es uno de los de mayor consumo. Sería buena idea reciclar la ropa, aprender a coser, comprar o vender ropa de segunda mano”.

Tras veinte años en el ámbito de la educación ambiental, destaca que “el joven actual tiene una mente inquieta, se esfuerza por conocer aquello que se plantea nuevo y de lo que no tiene una idea previa. Está muy concienciado. Cuando les planteas un problema, lo entienden y se apuntan a resolverlo”.

Texto: José An. Montero y Esther Nuñez
Fotografía: Asociación Ambientech

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