Ángel Cristo, víctima de un ataque: recibe tres golpes contundentes

La controversia se apoderó de las ondas digitales esta semana con declaraciones explosivas que sacuden las bases del panorama televisivo español, centrando la atención en el programa “Ni que fuéramos”, considerado el nuevo “Sálvame”. Emitido de lunes a viernes, de 16:00 a 19:00 horas, en el canal Quickie a través de plataformas como YouTube y Twitch, este espacio se ha convertido en el epicentro de un terremoto mediático que promete tener largas repercusiones.

En la tarde del viernes, 17 de mayo, Kiko Matamoros, figura clave de este revuelo y enfrentado a “Supervivientes 2024”, sacó a la luz acusaciones directas contra Telecinco y Cuarzo TV, la productora detrás del conocido reality de supervivencia. A través de un mensaje contundente en redes sociales, Matamoros anunció su intención de revelar manipulaciones y consignas presuntamente impuestas a su hija Laura por parte de la producción, las cuales, según su testimonio, buscarían dañar deliberadamente su imagen pública favoreciendo a otros participantes como Makoke, su expareja.

El detonante de esta disputa mediática fue un discurso preparado que Laura debió recitar al saltar de un helicóptero en “Supervivientes”, instigado por un director de la cadena identificado únicamente como Ángel. Matamoros denunció que, lejos de premiar a su hija por acatar las directrices, la producción ha estado socavando su imagen en diversos programas, una estrategia que alcanzó su punto álgido con acusaciones aún más graves.

La “noticia bomba” que Kiko Matamoros soltó al aire el viernes 17 se centró en un supuesto caso de agresión física ocultado por el reality. De acuerdo con sus palabras, Arantxa del Sol, modelo y presentadora, habría agredido físicamente a Ángel Cristo Jr., otro participante, en un incidente que la producción de “Supervivientes” habría intentado silenciar. Esta acusación no solo plantea interrogantes sobre la integridad del contenido que se difunde en estos espacios, sino que también señala un intento de la cadena por proteger la imagen de Del Sol, prometiéndole un futuro laboral dentro de Mediaset.

El caso se complica con la implicación de Kiko Jiménez, quien, según Matamoros, recibió órdenes directas de la dirección del programa para manejar la situación de manera que no trascendiera al público, sofocando cualquier intento de Ángel Cristo Jr. por hacer la situación conocida.

Estas revelaciones han cimbrado no solo a los espectadores y seguidores de estos programas, sino que han abierto un debate sobre las prácticas detrás de cámaras en los realities televisivos, la responsabilidad editorial y la integridad de quienes participan en su producción y difusión. A medida que “Ni que fuéramos” continúa destapando escándalos, el público permanece expectante ante los próximos capítulos de esta pugna mediática, que amenaza con redefinir las dinámicas de poder dentro de la televisión española.

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