En el mundo del espectáculo, pocas situaciones generan tanto revuelo como las decisiones personales de las celebridades que rompen con lo convencional. Tal es el caso de Ana Obregón, que ha sido centro de una vorágine de críticas tras la decisión de tener una nieta a través de un vientre de alquiler, empleando el material genético de su fallecido hijo Aless Lequio, quien murió de cáncer en mayo de 2020. Este acontecimiento, que a ojos de algunos se presentó como un tema controvertido, fue defendido por Obregón como la última voluntad de su hijo.
Entre los detractores de esta decisión, Jorge Javier Vázquez, presentador de Telecinco, ha mostrado una postura especialmente crítica. Calificó este suceso como algo «terrorífico» en uno de los episodios del programa ‘Deluxe’, donde sugirió que la historia, de ser llevada al cine, se asemejaría a un «thriller psicológico». La polémica no se detuvo ahí, pues Vázquez, a lo largo de los años, continuó expresando su desaprobación hacia las acciones de la actriz, acusándola en una ocasión de manipular y exagerar las tragedias personales para ganar atención mediática, lo cual, desde su punto de vista, restaba autenticidad y emoción a su relato.
Además, el presentador no ha dudado en cuestionar las motivaciones de Obregón al exponer a su nieta en medios de comunicación, sugiriendo que lo hacía por interés laboral más que por otras razones. Esta serie de comentarios culminó en un encuentro televisivo entre Vázquez y Obregón en el programa ‘Hay una cosa que te quiero decir’, donde, contra todo pronóstico, se trataron con una cordialidad que sorprendió a los espectadores.
Durante su participación, Ana Obregón aprovechó para reiterar cómo la maternidad post-mortem de su nieta le ha permitido «revivir», encontrando en este acto una forma de honrar la memoria de su hijo y a la vez, de reconstruir su vida. Afirmó estar respaldada por su entorno íntimo frente a las críticas, destacando que las personas suelen optar por el juicio fácil. Por su parte, Jorge Javier Vázquez reconoció abiertamente sus críticas previas, pero en esta ocasión, optó por no contraatacar las defensas de Obregón.
Este encuentro ha dejado en evidencia la complejidad de las dinámicas entre personalidades mediáticas en España, donde las decisiones personales, especialmente las que desafían normas sociales o éticas establecidas, se convierten en tema de debate público. Aunque la postura de Jorge Javier ha sido uno de los puntos focalizados en esta discusión, la determinación de Ana Obregón de vivir conforme a sus propias reglas y convicciones, incluso frente a la adversidad, resalta la individualidad en el manejo del duelo y la memoria de seres queridos. Este episodio, sin duda, ha marcado otro capítulo en la intersección entre la vida privada de las celebridades y el escrutinio público, mostrando que, en última instancia, la búsqueda de la felicidad personal prevalece sobre la crítica externa.