En una noche que prometía ser como cualquier otra en el plató de ‘Tu cara me suena’, la ausencia de Ana Guerra en los momentos iniciales generó una atmósfera de intriga y preocupación entre los espectadores y participantes del show. La cantante, conocida por su energía y dedicación en cada actuación, no ocupaba su lugar habitual junto a los demás concursantes, desatando preguntas sobre su estado.
Manel Fuentes, el conductor del programa, no tardó en abordar el tema, revelando que la semana había estado marcada por un «pequeño percance» sufrido por Ana Guerra. Aunque no entró en detalles inmediatos, aseguró al público que, a pesar del contratiempo, la artista se presentaría en la gala, encontrándose en ese momento descansando.
El misterio se mantuvo hasta el cierre de la noche, cuando finalmente, Ana Guerra reapareció en escena, aunque esta vez, notablemente diferente, luciendo un collarín. Ante la expectación general, explicó que durante un ensayo con Miryam Benedited, coreógrafa del programa, había forzado su cuerpo más allá de sus límites, especialmente preparando la imitación de Dua Lipa, lo que resultó en un daño a sus lumbares y cervicales.
Con humildad, Ana admitió el error de no haber realizado un calentamiento adecuado, subrayando lo inesperado del dolor que la sorprendió al día siguiente de los ensayos. A pesar de la recomendación médica de reposo en casa, su pasión y compromiso con ‘Tu cara me suena’ y, sobre todo, con su equipo y el público, la llevaron a modificar su acto para poder presentarse.
Con una versión «más reducida» de «Houdini» de Dua Lipa, Guerra demostró que su espíritu combativo iba mucho más allá de las adversidades físicas. Antes de su actuación, expresó su filosofía de ‘el show debe continuar’, comprometiéndose a dar lo mejor de sí misma bajo las circunstancias.
La valoración de Chenoa, miembro del jurado, tras su actuación reflejó la impresión general. Reconociendo el dolor y el esfuerzo de Ana, felicitó a la joven por su profesionalismo y valentía. Este incidente, más que un obstáculo, sirvió para resaltar el coraje y la dedicación que define a los verdaderos artistas, aquellos dispuestos a seguir adelante sin importar los desafíos.
La novena gala de ‘Tu cara me suena’ quedará marcada no sólo por las actuaciones y las imitaciones, sino por la lección de perseverancia y pasión ofrecida por Ana Guerra, una muestra de que, en el arte como en la vida, el verdadero valor se encuentra en la capacidad de superar nuestras propias limitantes, físicas y mentales, por amor a lo que hacemos.