El Ayuntamiento de Ámsterdam ha intervenido en un caso inusual de discriminación de género en el alquiler, notificando a un propietario que ha rechazado de manera sistemática a hombres como inquilinos. Este propietario tiene un plazo de dos semanas para cambiar su política de alquiler, que actualmente exige que los inquilinos sean «mujeres trabajadoras neerlandesas», o enfrentará una multa de 10.000 euros. La situación se desató después de que un solicitante de vivienda presentara una denuncia tras ser rechazado explícitamente por su género.
Es la primera vez que las autoridades municipales actúan de esta manera, ya que los casos de discriminación en el sector de alquiler han resultado difíciles de probar. El Ayuntamiento ha tomado medidas para supervisar comportamientos abusivos por parte de propietarios a través de un nuevo equipo de Buenas Prácticas de Alquiler, que se encargará de investigar irregularidades. La concejala de Vivienda Pública, Zita Pels, enfatizó la importancia de recopilar evidencia como correos electrónicos o grabaciones para ayudar a substanciar las quejas.
Este compromiso por parte del Ayuntamiento refleja un esfuerzo más amplio para combatir cualquier forma de discriminación, ya sea por género, raza, religión u orientación sexual. La normalización de estas prácticas inadecuadas subraya la necesidad de una regulación más estricta y de un espacio donde los inquilinos puedan alzar la voz y hacer valer sus derechos.
Artículo resumido que puedes leer completo aquí