Con los últimos rayos de sol del verano, el programa de citas a ciegas First Dates sigue capturando la atención de los televidentes en Telecinco. En una temporada llena de episodios inéditos, el formato presentado por Carlos Sobera ha cosechado un notable éxito, alcanzando los máximos de cuota de pantalla en esta última semana de agosto. El interrogante sobre cómo continuará la estrategia de transmisión del grupo Mediaset se vuelve cada vez más apremiante.
Recientemente, en una de sus divertidas veladas, Paco Pepe y Raquel compartieron una cena que prometía ser el inicio de algo especial pero terminó revelándose como una experiencia de lo más peculiar. Raquel, una técnica de farmacia de 55 años, se sentó frente a su cita, quien optó por mantener en secreto su verdadera edad, prefiriendo en su lugar compartir su amor por la gente joven y la vida despreocupada: «Soy un disfrutón», afirmó con una sonrisa.
Las conversaciones fluyeron de manera singular, con Paco Pepe brindando un repertorio de anécdotas memorables, como la vez que estuvo a punto de casarse con una famosa mexicana. Su extravagante descripción de los gustos que busca en una mujer, «me gustan pijas y las no tanto, pero tienen que tener algo especial», dejó ver su perspectiva romántica; sin embargo, Raquel no parecía estar en la misma sintonía. «Una decepción total», comentó, añadiendo que le gusta que un hombre se cuide, algo que, a su juicio, Paco Pepe no cumplía.
A medida que avanzaba la cena, se fueron dibujando las primeras desavenencias. Raquel, claramente frustrada, destacó su falta de conexión y conversación con su acompañante. “Cuando una persona me dice que es soltera y sin hijos, se me activan las antenas”, confesó, revelando sus reservas ante el estereotipo que Paco representaba.
Sin embargo, la velada dio un giro inesperado cuando Paco Pepe, lejos de mostrarse interesado en seguir conversando con Raquel, dejó claro que tenía sus ojos puestos en otra persona: Laura Boado, una de las camareras del restaurante. En un momento que sorprendió a todos, no dudó en acercarse a ella: “¡Qué preciosa eres, mi Laura! ¿Cuándo vas a venir a Granada?”. Su espontaneidad dejó a Raquel visiblemente perpleja, pero Paco no mostraba señales de contenerse. “Apunta mi teléfono”, le dijo a Laura, insinuando una conexión antes incluso de concluir su cita.
El cierre de la velada fue un reflejo de lo que a menudo ocurre en First Dates: encuentros inesperados y el paralelismo entre las relaciones formales y los gustos personales. “Yo si voy a Granada, te aviso”, respondió Laura, mientras Paco, confiado, exclamaba: “Te espero luego”, sembrando la semilla de una nueva historia que, quizás, tendrá un desenlace diferente al que inicialmente se había planteado. Así, con risas y sorpresas, el programa se mantiene como un fiel reflejo de la búsqueda del amor en un formato fresco y entretenido.
