De todos es sabido la relevancia y papel fundamental que tiene ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) a la hora de elaborar los expedientes que, finalmente, hacen que un bien excepcional, como el del Mercurio de Almadén e Idria, se conviertan en Patrimonio de la Humanidad.
Pero, hasta llegar a esa declaración, hay que superar muchas barreras y hacer un trabajo arduo que, en nuestro caso, fue muy complejo por la cantidad de bienes a inscribir y porque se debieron coordinar dos países diferentes y alejados entre sí como son España y Eslovenia.
Xavier Casanovas, vocal de la Junta directiva de ICOMOS-España nos ha explicado el periplo que tuvo que hacer nuestra candidatura mientras sostenía el valor excepcional de la candidatura que el 30 de junio cumplirá diez años.